G1753
ENERGEIA,1753
ENERGEIN,1754 ENERGEMA,1755 ENERGES1756
EL DIVINO
PODER EN ACCIÓN
de G1756; eficiencia («energía»):- actividad (propia), obra, operación, poder.
En el NT nunca se emplean estas
cuatro palabras para describir la acción de algún poder humano o de este mundo,
sino, siempre, la de algún otro que está muy por encima de ésos. En algunas
ocasiones, infrecuentes, se refiere a la actividad de un poder maligno,
demoníaco, hostil a Dios; pero lo que más frecuentemente describen es la acción
del Omnipotente.
Son, por tanto, palabras muy
importantes, que nos enseñan algo de cómo el poder de Dios opera en Cristo, en
el mundo y en las vidas de los hombres.
Estas palabras pasaron al
cristianismo con un interesante historial, que debemos conocer para ayudarnos a
comprender el matiz y uso cristianos de los cuatro vocablos. Así, pues,
estudiemos primeramente el significado que tenían en el griego clásico.
Comenzaremos por la palabra energos,
la cual, aunque no aparece en el NT, lleva en sí los gérmenes del significado
de cada una de las otras. Energos
es un adjetivo.
En la Memorabilia (1.4.4) de Jenofonte, hay
un pasaje en que aparece Sócrates discutiendo las acciones de un hombre que
estaba dispuesto a reverenciar a los grandes escritores y artistas, pero no a
Dios. "¿Quiénes crees tú -pregunta Sócrates- que son más dignos de
admiración: los creadores de fantasmas sin sentido ni movimiento o los
creadores de seres vivos, inteligentes, activos,
(energos) y humanos?" Energos
describe lo que está radiante y evidentemente
vivo.
Herodoto (8.26) habla de ciertos
desertores arcadios que fueron a los persas porque necesitaban alimento y
deseaban ser empleados (energos).
Energos describe acción en oposición a inacción.
Energos se usa
respecto de alguien que está en acto de servicio. Platón, en Las Leyes (674b), determina: "Los
magistrados, durante su año de oficio, los pilotos y los jueces, mientras están de servicio, no deben en
absoluto probar el vino". Energos
describe al hombre que está cumpliendo
su deber dentro de su profesión o vocación.
Energos tiene
frecuentemente un contexto militar. Tucídides, refiriéndose a una ocasión en
que la flota ateniense disponía del mayor número de naves, dice que los
atenienses estaban siempre en acto de
servicio (energos) (Tucídides, 3.17).
Jenofonte explica cómo Ciro,
poniendo un ejemplo sobre cierto tipo de hombres, decía que los tales hombres
debían ser escardados si querían mantener el ejército energos, diligente, eficiente, apto para
el servicio activo (Jenofonte, Ciropedia
2.2.23).
Polibio usa energos para describir un ataque vigoroso (4.63.8); un arma efectiva (1.40.12); una marcha a paso rápido (5.8.34).
Energos es frecuentemente usado
respecto de la tierra que es cultivada
y, por tanto, productiva.
Plutarco habla de un campo produciendo
lo suficiente para alimentar a decenas de millares (César 58). Habla también de la ley de
Pisístrato contra la haraganería, con el resultado de que "el campo se
hizo más productivo (energos) y
la ciudad estaba más tranquila" (Solón
31). Jenofonte utiliza energos
para describir la tierra cultivada
en oposición a la inculta.
Energos se refiere
también a una mina en plena producción y a un capital que no está congelado,
sino que se invierte para hacerle producir intereses. En los papiros se
utiliza energos para describir un
molino en completo rendimiento.
La Septuaginta usa energos
respecto de un día laborable como
opuesto al Sabbat, cuando el trabajo estaba prohibido.
Aquí, pues, nos dan una serie de
ideas, todas las cuales contribuyen al uso que el NT hace de estas cuatro
palabras, que tienen en sí el sentido de vitalidad, actividad, eficiencia y
efectividad, que nos iluminará la concepción del hacer de Dios.
Pero antes de estudiar la forma
en que el NT usa estas palabras, debemos verlas en el griego clásico.
Consideremos ahora el uso clásico
de energeia. Energeia es un
nombre que significa actividad u
operación. Como luego comprobaremos, ambos significados tienen un matiz
especial.
Aristóteles (Retórica 1141b 28) utiliza energeia para describir el vigor del estilo. En la gramática
griega, energeia tiene
significado técnico; por ejemplo, significa la voz activa del verbo, opuesta a la pasiva. Energeia es también utilizada
respecto de la fuerza maciza de un ingenio de asedio, por ejemplo un ariete
(Diodoro-Sículo, 20.95), y del eficaz desempeño
de los deberes que convienen a un hombre (Filodemo, 1.91).
Galeno, el médico escritor,
emplea la palabra de dos formas muy interesantes y significativas. Primera,
para describir "la acción que produce un resultado" (Sobre las Facultades Naturales 1.2,
4.5); segunda, para describir la acción o efecto de una droga o medicina en el
sentido en que nos referimos a una droga
actuando u obrando.
Ya empezamos a ver claro que la
tónica de energeia es acción eficaz no simple acción, sino
siempre una acción que resulta en el fin deseado y propuesto.
Aristóteles tiene un modo
característico, y muy significativo, de usar
energeia en sus escritos de ética, a saber: significando lo que
es actual en oposición a lo que
solamente es potencial, Un hombre
puede aparentar todos los dones y talentos, pero pueden ser únicamente potenciales;
pueden estar en él, pero nunca manifestarse en una acción concreta y eficaz;
solamente cuando estos dones y talentos se actualizan, se manifiestan en la
acción, existe energeia. En
su Etica a Nicómaco (1098b 33),
Aristóteles escribe: "Hay, sin duda, una gran diferencia entre concebir
que el Bien Supremo consiste en poseer la virtud o en desplegarla -en
disposición o en la manifestación de una disposición mediante la acción (energeia)."
"¿Hay, pues, alguna razón que nos impida llamar feliz al hombre que
consuma la virtud en la acción
(energeia) (1101a 15)?" "Lo peculiar del hombre es el ejercicio de las facultades de su
alma conforme a la virtud y a la excelencia".
Aquí hay algo muy sugestivo: energeia no es lo que el hombre puede
hacer; es lo que hace. Energeia
es la demostración del carácter por medio de los hechos. Es bondad más
eficacia, que, ciertamente, constituye la fuerza más efectiva en el mundo. No
es mera energía; no es energía mal dirigida; no es energía ineficaz; es acción
dirigida, con propósito, con significado, eficaz y enérgica.
En el griego clásico, el
verbo energein tiene todas las
características del nombre energeia,
con el que está emparentado. significa
estar activo u operar, pero siempre con la idea de eficacia tras de sí.
Como hemos visto, Aristóteles usa esta palabra respecto de la acción eficaz de
la virtud en contraposición con la virtud en potencia, es decir, no
actualizada. Polibio (1.13.5) la utiliza para describir la forma enérgica y
eficaz de llevar a cabo una campaña.
Tiene dos usos técnico-médicos.
Se usa denotando la acción eficaz de una medicina, y es la palabra griega
técnica que, referida a la cirugía, significa
operar. Energein contiene la idea de la acción que produce el
efecto deseado, es decir, de la acción eficaz.
El sustantivo energema significa acción, actividad u operación. Se
refiere a lo hecho en sí, como evidencia de una actividad desarrollada, y se
opone a lo meramente sufrido, soportado o experimentado. Quizás, su uso más
sugestivo se encuentre en los trabajos de Hércules, una serie de labores
iniciadas y concluidas satisfactoriamente.
Energes aparece en el
NT como la forma del adjetivo clásico energos.
En el griego clásico no es común, pero, cuando aparece, significa eficaz, y, en
este sentido, se utiliza tanto respecto de los fármacos como de un ingenio de
guerra capaz de abrir una brecha en los muros de la ciudad sitiada.
Cuanto más estudiamos este grupo
de palabras, más se repite la idea de acción fuerte, poderosa y, sobre todo,
eficaz; la idea de propósito llevado a cabo. Y esto se hace más sugestivo
cuando vemos que, en el NT, son las palabras características para describir la
acción de Dios.
Energeia aparece en el
NT nueve veces, y siempre en los escritos de Pablo. En Efesios 1:19, habla de
la operación del supereminente poder de Dios, que obró en Cristo, cuando le
resucitó de los muertos. En Ef. 3:7 dice que su ministerio le fue dado por la
gracia de Dios según la eficiente
operación de su poder.
En Ef. 4:16 describe el cuerpo
que es la iglesia, armoniosamente concertado, según la actividad eficiente propia de cada
miembro. En Fil. 3:21, el Apóstol habla de su certeza de que Jesucristo
transformará el cuerpo de nuestra humillación en el cuerpo de su gloria,
según poder por medio del cual
puede subyugar todas las cosas a sí mismo.
En Col. 1:29, Pablo se refiere a
su propia predicación, en la cual se esfuerza según la potencia de Dios que actúa (energein) poderosamente en él.
En Col. 2:12, dice que el cristiano es sepultado con Cristo en el bautismo, en
el cual es también resucitado con él, mediante la fe en la operación de Dios que levantó a Cristo
de los muertos.
En 2 Tesalonicenses encontramos
dos de las referencias al poder del mal demoníaco y ateísta. En 2:9 leemos de
la obra de Satán, desplegada en
señales y prodigios que sólo el anticristo puede ejecutar; y en 2:11 leemos
acerca de una energeia engañosa,
enviada por Dios a los incrédulos.
La palabra energein aparece unas diecinueve veces
en el NT. Se usa tres veces respecto del poder maligno y demoníaco. Se emplea
en Ro. 7:5 con referencia a las pasiones del pecado obrando en nuestros miembros para
producir la muerte. En Ef. 2:2 se utiliza respecto del espíritu que obra en los hijos de desobediencia, y,
en 2 Ts. 2:7, de la acción del
misterio de la iniquidad.
Mucho más a menudo se utiliza con
referencia al obrar del poder de Dios. Se usa respecto del portentoso poder
que actuó en los milagros de
Jesús (Mt. 14:2; Mr. 6:14), y que todavía actúa en los milagros de la iglesia
(Gá. 3:5) y en los dones y gracias que constituyen el ornamento de la vida
cristiana.
Energein se usa
también respecto del poder que actúa en la vida cristiana. La salvación se opera, se hace eficaz, en el sufrir (2 Co. 1:6). $e
utiliza con relación a la presencia del poder de Dios en el ministerio de sus
predicadores. El Dios que actuó
en Pablo para hacer de él un apóstol a los gentiles, hizo lo mismo con Pedro
para convertirlo en apóstol a los judíos (Gá. 2:8).
Se usa respecto del enérgico poder del amor (Gá. 5:6), del poder de
la oración (Stg. 5:16) y del obrar
eficaz de la palabra de Dios en los creyentes (1 Ts. 2:13). Se emplea con
referencia al control mediante el cual Dios
opera según su voluntad (Ef. 1:11).
Se utiliza respecto de la muerte
que actúa en Pablo para que los
corintios tengan vida (2 Co. 4:12), y expresa el poder de Dios que operó en Cristo para resucitarle.
La palabra energema se encuentra en 1 Co. 12:6,
10, refiriéndose a los variados dones de aquellos que integran la iglesia,
dones que Dios da y hace eficaces
por medio de su poder.
Energes se emplea
tres veces en el NT. En 1 Co. 16:9, respecto de la eficaz puerta de
evangelización que se le abrió a Pablo. En Filemón 6 se usa respecto de una fe
plenamente eficaz. En He. 4:12, donde es traducida poderosa, se utiliza con referencia a
la eficacia de la palabra de Dios.
Ahora, reunamos los significados
de los distintos usos que estas palabras tienen en el NT.
El NT ni esquiva ni evade el
hecho de que en este mundo el poder del mal está en acción (2 Ts. 2:7, 9, 11;
Ef. 2:2; Ro. 7:5). El NT no es un libro especulativo que se detenga a teorizar
sobre el origen y la fuente de ese poder del mal; el poder está ahí; existe; y
el NT ofrece un poder más grande para vencerlo.
Recordemos que este grupo de
palabras no solamente describen el poder, sino el poder eficaz, el que logra el
propósito y ejecuta aquello que le fue asignado. Ahora bien, es a Dios a quien
principalmente se aplican estas palabras; por tanto, llevan consigo el mensaje
de la eficacia del poder de Dios.
Veamos en qué sentido es eficaz el poder de Dios.
(I)
El poder de Dios es eficaz en la resurrección. Fue el
poder que operó en Cristo para resucitarle de entre los muertos (Ef. 1:19, 20;
Col. 2:12). Por consecuencia, es cierto que el
poder de Dios es eficaz en la derrota de la muerte. Ni siquiera
el postrer enemigo del hombre puede prevalecer contra el poder de Dios.
(II)
El poder
de Dios es eficaz en el ministerio.
Dios habla por medio de aquellos que hablan para él, y actúa por medio de los
que actúan en su nombre (Ef. 3:7; Col. 1:29; Gá. 2:8). Cuando un hombre entra
en el ministerio, no solamente piensa, también escucha a Dios; no emprende la
tarea solamente con su poder, también es revestido del poder de Dios.
(III)
El poder de Dios es eficaz en la iglesia. La iglesia es
edificada y su unión mantenida por el poder de Dios (Ef. 4:16). Dones
especiales, como el del ministerio y el de sanidad, proceden del poder de Dios
(Gá. 3:5); y toda la diversidad de dones que son necesarios para la
administración y mayordomía de la iglesia son suministrados por la operación
dei poder de Dios (1 Co. 12:6, 10, 11).
(IV)
El poder de Dios es eficaz en la derrota del pecado. A
través de Cristo y en Cristo viene ese poder por el cual el ser de la
humillación del hombre puede ser cambiado por el ser de la gloria de Cristo
(Fil. 3:21). Las humillaciones, las frustraciones y las derrotas causadas por
el pecado serán absorbidas por el poder de Dios.
(V)
El poder de Dios es eficaz en el mundo. No es el nuestro
un mundo sin control, sino un mundo donde Dios está efectuándolo todo (Ef.
1:11). Tras la cambiante trama de las cosas hay un diseño; el calidoscopio de
la experiencia tiene un modelo, y el diseñador de ese modelo es Dios.
(VI)
El poder de Dios es eficaz en lo interior. No es un poder que
constriña desde fuera; es el poder que inunda el ser de un hombre desde dentro
(Ef. 3:20; Fil. 2:13). Es el poder que hace a un hombre sumamente poderoso;
así, como suena.
(VII)
Hay ciertas formas y determinados medios a través
de los cuales el poder de Dios se hace eficaz:
(a)
El poder de Dios se hace eficaz a través de su Palabra. (1 Ts. 2:13;
He. 4:12). La Palabra es la fuente de poder. A través de la palabra de Dios a
los hombres, viene el poder para los hombres. La Biblia no es meramente un
libro de historia; es también un generador de poder.
(b)
El poder
de Dios se hace eficaz a través del
amor (Gá. 5:6). El amor es el enérgico poder que transforma el conocimiento
en devoción y la fe en servicio sacrificial. El poder que viene al hombre es, a
la vez, entrante y saliente.
(c)
El poder
de Dios se hace eficaz a través de la
oración (Stg. 5:16). La oración es entrar en contacto con Dios para obtener
poder; un canal por el que llegamos hasta Dios y Dios hasta nosotros.
(d)
El poder de Dios se hace eficaz a través de la evangelización (1 Co.
16:9). La evangelización de los hombres es un cauce por el que discurre el
poder de Dios y alcanza al hombre.
(e)
El poder de Dios se hace eficaz a través dei soportarla adversidad (2
Co. 1:6). El poder de Dios no viene al hombre que empieza y después renuncia;
sino al que soporta hasta el fin.
La gloria de la vida cristiana es
la que resulta de revestir la vida de energeia,
la energía, el poder eficaz de Dios mismo.