G2098
EUAGGELION2098
LAS BUENAS
NUEVAS
de lo mismo que G2097; buen mensaje, i.e. el evangelio:- evangelio.
La palabra euaggelion significa "buenas
nuevas" o "buenas noticias", y, cuando la estudiamos, estamos
por necesidad en el mismo corazón y centro de la fe cristiana. Euaggelion es, característica y
específicamente, una palabra cristiana, que apenas tiene historia fuera del NT.
En el griego clásico presenta tres significados.
(I)
Originalmente significó "la recompensa dada
a un mensajero por traer buenas noticias". Así es como se usa en la
Septuaginta (2 S. 4:10).
(II)
Después significó "los sacrificios hechos a
los dioses cuando se recibían las tales buenas noticias".
(III)
No fue en el griego clásico, sino en el helenista
tardío, donde adquirió el significado en sí de "buenas noticias". En
la Septuaginta se usa respecto de las "buenas noticias de victoria"
(1 S. 31:9), de las buenas nuevas que significan "el nacimiento de un
niño" (Jer. 20:15) y, algunas veces, respecto de cualquier tipo de
noticias.En la Septuaginta, hay también dos formas de utilizar la palabra que
son dos tímidos anticipos del uso que tendría en el NT. En Salmos, el verbo
correspondiente se utiliza para publicar la justicia y la salvación operadas
por el poder de Dios (Sal. 40:10; 96:2) y, en Isaías (40:9; 52:7), se emplea
para anunciar las alegres noticias de la venida del ungido de Dios a su pueblo.
En los papiros, tanto el nombre
como el verbo apenas se utilizan. El verbo
(euaggelizesthai) se usa respecto del esclavo que está dando la
noticia de la victoria de algún general, y el nombre (euaggelion) aparece en una
inscripción, donde se lee que el nacimiento del emperador romano Augusto era el
comienzo de una serie de buenas noticias para el mundo. Pero es el NT
donde euaggelion llega a ser una
gran palabra.
(I)
En esta palabra se resume todo el mensaje
cristiano (Mr. 1:1; 1 Co. 15:1). El reino que Jesús predicó es "buenas
nuevas" (Mt. 4:23; 9:35; 24:14). La prueba de que euaggelion es el centro del mensaje
cristiano se aprecia en el hecho de que aparece setenta y dos veces en el NT y,
de éstas, cincuenta y cuatro corresponden a las epístolas de Pablo. Para el más
grande los misioneros cristianos el cristianismo era, fundamentalmente,
"buenas nuevas". Aquí hay un contraste implícito. La predicación de
Juan el Bautista es, con su fuego consumidor, su aventador y su hacha puesta a
la raíz de los árboles, lo contrario de buenas nuevas; más bien, son noticias
de desastre. Sin embargo, toda la esencia del mensaje de Jesús es "buenas
nuevas de Dios".
(II)
Algunas veces se dice que el euaggelion es "de Dios" (Mr.
1:14; 1 Ts. 2:2, 8, 9). Son buenas noticias de Dios porque revelan un Dios que
los hombres nunca hubieran podido soñar. Son buenas noticias "dadas por
Dios" porque Dios está detrás de todo el proceso de la salvación. Siempre
será erróneo pensar en un Dios colérico y un Cristo dulce y amable; suponer que
Jesús cambió la actitud de Dios hacia los hombres, es un desatino. Fue Dios
quien, por el gran amor que tiene al mundo, envió a Su Hijo. Las buenas nuevas
son de Dios y desde Dios.
(III)
Otras veces se dice que el euaggelion es de
"Jesucristo" (Mr. 1:1; 2 Co. 4:4; 9:13; 10:14). Son buenas noticias
de Jesucristo en dos sentidos: (a) Jesús las "trajo" a los hombres;
sin él nunca las hubieran conocido. (b) Jesús mismo "era" euaggelion para los hombres. No sólo
les dijo cómo es Dios; también
les mostró al Padre.
(IV)
Algunas veces, Pablo usa la expresión
"mi" o "nuestro euaggelion"
(2 Co. 4:3; 1 Ts. 1:5; 2 Ts. 2:14). Las buenas noticias vienen de Dios y
son de Dios. Las trajo Jesús y son de Jesús. Pero, sin embargo, el hombre debe
"apropiárselas". Debe pasarlas por la mente y recibirlas en el
corazón hasta que lleguen a ser total e indisolublemente uno.
(V)
El euaggelion es para todos los hombres (Mr.
13:10; 16:15; Hch. 15:7). Los judíos habían creído siempre que su nación sería
la más favorecida por Dios. Pero el evangelio de Cristo no tiene fronteras. Las
buenas noticias son para todos.
we
(I)
El euaggelion
no es un descubrimiento humano, es "una revelación de Dios". El hecho
de que Dios es tal y como Cristo nos lo mostró, ningún hombre podía haberlo
descubierto mediante un proceso intelectual. El hombre no descubre a Dios.
Dios se revela (Gá. 1:11, 12).
(II)
El euaggelion
es algo en lo que el hombre debe "creer" (Mr. 1:15). El todo del
cristianismo consiste en vivir una vida dentro de la inalterable convicción de
que las buenas nuevas que Jesús trajo de parte de Dios son verdaderas.
(III)
El euaggelion
es algo que quien lo conoce debe "proclamar a otros" (Ro. 15:19; 1
Co. 9:14, 18; 2 Co. 10:14; 11:17; Gá. 2:2). Puede asegurarse que un hombre no
ha recibido realmente las buenas noticias hasta que desea compartirlas con
otros. Un misionero cuenta de cierto indio que, siendo en principio hostil al cristianismo,
se convirtió finalmente, se procuró una Biblia y, estando leyéndola, tropezó
con un pasaje que le habló al corazón. Entonces, con el dedo puesto sobre ese
mismo pasaje, corrió a la carretera, gritando a todos los que pasaban:
"¿Tenéis noticia de esto?" Ningún cristiano debe guardar las buenas
noticias para él, sino convertirse en un misionero.
(IV)
Un hombre no escoge la tarea de esparcir el euaggelion: le es "confiada"
e "impuesta" (1 Ts. 2:4; 1 Co. 9:16). Dicho de forma más literal, es
por "amor de Dios" por lo que ese hombre debe transmitir las noticias
que ha recibido.
(V)
El euaggelion
es algo por lo que un hombre debe "arriesgarlo todo" (Mr. 8:35;
10:29; Ro. 1:16; 1 Co. 9:23). Debe estar dispuesto a jugarse el todo por el
todo, movido por la certeza de que, el hombre que obedece a Dios, descubrirá
que las promesas de Dios son verdaderas.
(VI)
El euaggelion
es algo a lo que el hombre debe "servir" (Ro. 1:1; 15:16; Fil, 1:12;
2:22; 4:3; 1 Ts. 3:2). La recepción de las buenas noticias significa un
"privilegio" y, al mismo tiempo, un "deber". Un hombre
tiene que estar dispuesto a dar su vida por lo mismo que se la dio a él.
(VII)
El euaggelion
es algo que el hombre debe "defender" (Fil. 1:7, 17). Un hombre debe
ser, en todo momento, "un defensor de la fe" por medio de su vida,
sus palabras, su conducta y sus acciones.
(VIII)
El euaggelion
es algo que el hombre puede "obstaculizar" (1 Co. 9:12). La
responsabilidad del cristiano temeroso de Dios es procurar que su vida invite a
los demás a pensar, aunque sólo sea un poco, en la fe cristiana.El euaggelion es algo que el hombre puede
"desaprovechar" o "rechazar". En última instancia, la
(IX)
voluntad de un hombre es libre. La característica
del amor es siempre ofrecer y nunca obligar. Un hombre puede desatender o
desdeñar lo que Dios le ofrece; puede vivir como si las buenas nuevas no
existieran; pero se pondrá su alma en peligro.
(X)
El euaggelion
es algo que el hombre puede "distorsionar" o "pervertir" (2
Co. 11:4; Gá. 1:6, 7). Puede darse algo semejante a lo que Pablo llamó
"otro evangelio". Cuando un hombre empieza a predicar el evangelio
como a él le gustaría que fuera, en vez de como Dios determina que sea, lo
único que consigue es predicar "otro evangelio". Solamente después de
haber escuchado a Dios, debemos hablar a los hombres. El peligro está en que,
en vez de escuchar lo que Dios tiene que decirnos, queramos nosotros decirle a
él.
A medida que
estudiamos euaggelion, siguiendo
sus huellas a través del NT, comenzamos a ver que esta palabra tiene ciertas
implicaciones.
(I)
El euaggelion
es "buenas nuevas de verdad" (Gá. 2:5, 4; Col. 1:5). Con la venida de
Jesucristo, terminó el tiempo de adivinar sobre Dios y comenzó el de certeza.
Con su venida, concluyó el tiempo de andar a tientas, de buscar entre tinieblas
el significado y el camino de la vida, y comenzó el de certeza. Cristianismo no
es sinónimo de obsequiar a los hombres con una serie de problemas, sino de
darles un arsenal de certidumbres.
(II)
El euaggelion
es "buenas nuevas de esperanza" (Gá. 2:23). El hombre que trata de
vivir por sí mismo, dependiendo únicamente del esfuerzo humano, no puede hacer
otra cosa que desesperar de él y
del mundo. John Buchan definió al ateo como "el hombre cuya carencia de
medios de apoyo no se ve". Cuando un hombre se da cuenta de lo que
significan las buenas noticias, se llena de esperanza respecto de sí y respecto
del mundo.
(III)
El euaggelion
es "buenas nuevas de paz" (Ef. 6:15). Un hombre es inevitablemente
una personalidad dividida mientras se esfuerce por vivir solo. Como
Studdert-Kennedy dijo: "Una parte de él depende del cielo y la otra de la
tierra." Las buenas noticias nos dicen que la victoria está en rendirse,
en la muerte del Yo para que surja en nosotros la vida de Cristo. Las buenas
noticias hacen posible que el hombre pueda lograr una personalidad totalmente
integrada y carente de las viejas tensiones que nos hacían desdichados.
(IV)
El euaggelion
es "buenas nuevas de la promesa de Dios" (Ef. 3:6). Lo característico
de los dioses paganos, e incluso de Dios tal como se le conocía en el AT, era
la amenaza. Jesús trajo las buenas nuevas que no hablan del Dios de las
amenazas, sino del Dios de la promesa. Esto en ningún sentido significa que no
tengamos obligaciones en la vida, pues una promesa obliga tanto como pueda
hacerlo una amenaza, pero la obligación que nos impone la promesa es contestar
al amor, y, no, agacharse ante la venganza.
(V)
El euaggelion
es "buenas nuevas de inmortalidad" (2 Ti. 1:10). Frente a la muerte,
el pagano se afligía y temía como quien no tiene esperanza (1 Ts. 4:13). Una de
las cartas más tristes que figuran en los papiros se refiere a una madre que
escribe a los padres de un niñito muerto: "Irene a Taonnophris y Filón, confortaos.
Estaba tan apenada, que lloré por vuestro hijo muerto tanto como lo hice por
Dídimo. Todo lo que podía hacerse, se ha hecho ... Pero, lo mismo que siempre,
frente a estas cosas nadie puede
hacer nada". He aquí la perspectiva pagana ante la muerte. Pero las
buenas nuevas traen la certeza de que la muerte no es el fin, sino el comienzo
de la vida; no es la marcha a la aniquilación, sino a estar eternamente con
Dios.
(VI)
El euaggelion
es "buenas nuevas del Cristo resucitado" (1 Co. 15:1 sigtes.; 2 Ti.
2:8). Las buenas nuevas que el cristianismo trae son que no rendimos culto a un
héroe muerto, sino que vivimos con el Viviente. No nos hemos quedado solamente
con un modelo que copiar y un ejemplo que seguir, sino con un compañero que
está continuamente a nuestro lado. La fe del cristiano no está puesta en el
protagonista de un libro, en la historia de un hombre que vivió y murió, sino
en uno que resucitó de entre los muertos y está vivo para siempre.
(VII)
El euaggelion
es "buenas nuevas de salvación" (Ef. 1:13). Son noticias de ese poder
que nos perdona el viejo pecado, nos libra del pecado presente y nos da fuerzas
para vencer al pecado en el futuro. Son buenas nuevas de victoria.