G3083
LUTRON,3083
LUTROUN,3084 APOLUTROSIS629
LA DEUDA Y SU
PAGO
de G3089; algo con que aflojar, soltar, i.e. precio de redención (figurativamente redención, propiciación):- rescate.
En el NT hay un grupo de palabras
que contiene la idea de redención, salvación, libertad y rescate ganado y
adquirido por precio. Estas palabras han influido tanto en el moldeamiento de
la concepción de la obra de Jesucristo y de la idea de expiación, que es
absolutamente necesario estudiarlas con todo detalle. Empezaremos con la
palabra lutron.
(I)
En el griego clásico, lutron está mayormente en plural (lutra), y su significado básico es
"precio de la libertad". El título de la décimocuarta rapsodia de la llíada es Lutra Hektoros, "Rescate de
Héctor", y se refiere a la recuperación del cadáver de este campeón
troyano de manos de los griegos. Así, pues, en el griego clásico, hay una serie
completa de frases que giran alrededor de esta idea de rescate. Veamos
algunas. Labein lutra tinos, pagar el
rescate de alguien; aneu lutron aphienai, soltar sin rescate; y la
frase huper lutron describe la
suma pagada "como rescate". Casi siempre, la palabra es literal en el
griego clásico, y significa el precio pagado por la libertad de alguien. Suidas, el lexicógrafo griego,
define lutron simplemente
como misthos, que significa
"paga" o "precio", y lo amplía con esta explicación:
"Es aquello que se ofrece para libertar y rescatar a un hombre de una
esclavitud bárbara". Muy raramente, esta palabra tiene un sentido
semimetafórico en el griego clásico. Esquilo, el poeta trágico, la utiliza así
una vez: "¿Qué lutron puede
haber para la sangre derramada?" (Choephroi
48). Es decir: ¿Qué remisión puede haber para la culpa de la ira y la
corrupción que ha derramado sangre?
(II)
Ahora bien, para cualquier escritor del NT esta
palabra tendría dos trasfondos. Uno, el correspondiente al pensamiento del AT y
a la forma de usar el vocablo en él. En la Septuaginta, lutron se encuentra unas dieciocho
veces. Si un hombre poseía un buey peligroso, y, por no haberlo tenido bien
sujeto, acorneaba y mataba a alguien, el propietario tenía que morir, a menos
que pagara un lutron,
"dinero de sangre", para rescatar su vida (Ex. 21:30). Si un hombre
asesinaba deliberadamente a otro, y no había
lutron para él, debía ser ejecutado (Nm. 35:31, 32). Si un
paupérrimo israelita se vendía a un rico extranjero, alguno de sus parientes
podía redimirlo, y el precio era el lutron
(Lv. 25:51). El hombre celoso, y dispuesto a vengarse, no aceptará lutron en lugar del desquite (Pr.
6:35). Lutron es el rescate de
los prisioneros de guerra (Is. 45:13). Pero, en el AT, la palabra tiene un uso
especialmente interesante. Según la ley judía, todo primogénito, tanto de
hombre como de animal, era consagrado a Dios desde que el Señor perdonó la vida
a los primogénitos judíos la noche de la primera Pascua, en Egipto (Nm. 3:13).
Pero, si todos los primogénitos eran dedicados al especial servicio de Dios, la
vida se desbarataría, por tanto, había una ceremonia, llamada "La
Redención del Primogénito", a través de la cual los padres podían
recuperar a su hijo mediante el pago de cinco siclos a los sacerdotes (Nm.
18:16). Este pago es llamado lutron
(Nm. 3:12, 46, 48, 49, 51; 18:15).
Como regla general, puede
afirmarse que, en el AT en griego lutron
tiene siempre un significado literal; constantemente significa el pago que
redime a un hombre de una obligación que, de otro modo, estaba obligado a
cumplir. En el AT, el lutron
puede ser pagado por el mismo a quien afecta o por otro hombre, pero siempre es
un precio que le libra de una deuda y de una responsabilidad que no hubiera
tenido más remedio que satisfacer si no lo paga.
Veamos ahora el otro trasfondo
de lutron, el del pensamiento y
práctica griegos. En el griego contemporáneo del NT, lutron tiene dos usos principales:
(a)
es
regularmente usado respecto del "precio a pagar para redimir algo que está
en prenda o empeño";
(b)
se
utiliza, también con regularidad, respecto del "importe pagado o recibido
por la liberación de un esclavo". En este sentido, hay un papiro que reza
así: "He dado a Helena su libertad, y he recibido huper lutron autos, como importe de
ella ...", y después viene la suma pagada.
En este punto, hemos de tener en
cuenta otra costumbre griega del tiempo del NT, la cual da al lenguaje
neotestamentario una de sus imágenes más vívidas y efectivas. Hay otras dos
palabras en el NT que deben introducirse aquí
-egorazein o exagorazein, que significa "comprar", y time, que quiere decir
"precio". En 1 Co. 6:19, 20, Pablo dice: "¿O ignoráis ... que no
sois vuestros? Porque habéis sido comprados
(agorazein) por precio (time)".
En 1 Co. 7:23, el apóstol escribe: "Por precio (time) fuisteis comprados (agorazein); no os hagáis esclavos de
los hombres". En Gá. 3:13, dice que "Cristo nos redimió (exagorazein) de la maldición de la
ley". En Gá. 4:4, 5 declara que Dios envió a su Hijo "para que redimiese a los que estaban bajo la
ley". En Gá. 5:1, dice: "Estad, pues, firmes en la libertad (ep'eleutheria) con que Cristo nos
hizo libres" y, en Gá. 5:13, "porque ... a libertad (ep'eleutheria) fuisteis
llamados". Hay muchas inscripciones que hablan de alguna persona vendida a
un dios, por ejemplo a Atenea, a Esculapio, a Apolo. Había una forma especial
en que un esclavo griego podía conseguir su libertad. Consistía en que el
esclavo iba ahorrando, poco a poco, quizás durante años, y depositando en el
templo de algún dios, las pequeñas cantidades de dinero que podía ganar.
Cuando, tras mucho esfuerzo, lograba reunir el importe completo de su compra,
llevaba a su amo al templo para que el sacerdote le pagara el precio de su
libertad. Desde ese momento, el esclavo pasaba a ser propiedad del dios, y, por
tanto, quedaba "libre de todo hombre". Hay una inscripción en la
pared del templo de Apolo, en Delfos, que reza así: "Apolo el pitio compró de Sosibus de Anfisa, para
libertad (ep'eleutheria), una
esclava, cuyo nombre es Nicea, por el precio
(time) de tres minas y media de plata, el mismo importe que
recibió el primer vendedor, Eumnastus de Anfisa, como indica la ley, pues Nicea
ha confiado a Apolo la compra de ella para libertad (ep'eleutheria)". El precio de compra
fue pagado y Nicea quedó libre de los hombres y propiedad de Apolo. A esto se
refiere Pablo indirectamente cuando una y otra vez llama doulos Christou, "esclavo de
Cristo", a sí mismo y a los demás. El ha sido comprado por Cristo y ha
pasado a ser de su propiedad. Es muy significante cómo usa Pablo la misma
frase ep'eleutheria, "para
libertad" (también: "bajo seguro de libertad", N. del T.), que
se encuentra repetidamente en estas inscripciones. El precio de compra es
pagado y el cristiano pertenece a Cristo. Por consecuencia, queda libre de los
poderes que le atenaceaban.
(Ill)
Esta palabra se encuentra dos veces en los Evangelios. En Mr. 10:45 y en Mt.
20:28, Jesús dice que vino a dar su
vida en lutron, "en
rescate", por muchos. Hay otra palabra, afín a ésta que también se
usa, y es antilutron.' En 1 Ti. 2:6 leemos que
Jesucristo se dio en antilutron,
en rescate, por todos. Antilutron
es una palabra muy rara. De paso, es importante decir que, en la literatura
órfica, antilutron se usa bajo la
significación de "antídoto", "remedio". La muerte de Cristo
podemos entenderla como el "antídoto" contra el veneno del mal y el
"remedio" para la enfermedad del pecado.
Todavía hay otras palabras que
debemos examinar cuidadosamente. Pero, con lo que ya hemos visto, podemos decir
con autoridad que Jesucristo, por su vida y por su muerte, libró al hombre de
una obligación, un riesgo y una deuda que, de otro modo, hubiera tenido que
pagar él, y le libró de la servidumbre y la esclavitud, pagando el precio de compra
de esa libertad que el hombre nunca hubiera podido pagar.
Ahora
consideremos el verbo lutroun.
(I)
En griego, los verbos tienen tres voces: activa,
pasiva y media.Generalmente hablando, la voz media tiene un sentido
semirreflexivo; significa hacer algo para uno mismo, por interés y para el
placer o provecho de uno. Por tanto, en el griego clásico, la palabra lutroun tiene tres significados. En
voz activa, lutroun significa
"rescatar"; en voz pasiva, "ser rescatado" y, en voz media,
"rescatar para sí", es decir, "redimir" o
"rescatar", pagando el precio estipulado. Nótese que todo el
trasfondo de la palabra es "cautividad". Siempre tiene que ver con el
rescate, la redención, la liberación de un hombre o de una cosa de manos de un
poder hostil que los poseía.
(II)
En los papiros, el uso característico de lutroun es "redimir algo que está
en empeño". Puede ser usado respecto de la vestidura, la capa o la
propiedad de alguno que ha sido dejada en prenda a alguien. De nuevo la palabra
expresa la idea de la vuelta de alguna cosa a su auténtico dueño, por haber
sido rescatada de manos de un poseedor ajeno.
(III)
La palabra es muy común en la Septuaginta, donde
aparece más de sesenta veces con ciertos usos característicos. Por ejemplo, es
constantemente utilizada respecto de la redención por Dios de Israel de la
esclavitud en Egipto. En Ex. 6:6 se lee la promesa de Dios: "Os redimiré
con brazo extendido". Una y otra vez se recuerda al pueblo que Dios lo
"redimió de casa de servidumbre" (Dt. 7:8; 13:5). El mandamiento de
Dios es que no olviden que fueron siervos en la tierra de Egipto y que él
"los rescató" (Dt. 15:15; 24:18). Se usa constantemente respecto de
la "redención" del primogénito del especial servicio que debía
prestar a Dios (Ex. 13:13; 34:20). Se emplea con relación al
"rescate" de algo que ha sido empeñado (Lv. 25:25, 30, 33). En
Israel, cualquier hombre podía "dedicar" algo a Dios: un animal, una
casa, dinero e incluso hasta él mismo podía dedicarse para exclusiva posesión
del Altísimo. Eso es lo que Jefté hizo cuando sacrificó a su hija a Dios (Jue.
11:29-40). Ahora bien, podía suceder que alguien quisiera recuperar lo que
había dedicado a Dios, y, entonces, tenía que efectuar ciertos pagos a los
sacerdotes. En este caso, lutroun
es el verbo que se usa para significar el tal pago (Lv. 27:15-33). Notemos que,
hasta aquí, lutroun siempre
describe el proceso de recuperación de algo que estaba en posesión y bajo el
poder de alguien. Pero, en la Septuaginta, tiene un uso muy especial que indica
otro tipo de redención. Repetidamente, lutroun
es el verbo que en los Salmos y en los profetas se utiliza respecto de la
liberación y preservación de Israel, obradas por Dios en el tiempo en que el
pueblo estaba atribulado y angustiado. La oración del salmista es:
"Redime, oh Dios, a Israel de todas sus angustias" (Sal. 25:22; cf. 26:11; 69:18; 130:8). La gran
acción de gracias del salmista es porque Dios le ha redimido: "Tú me has
redimido, oh Jehová, Dios de verdad" (Sal. 31:5). Dios es quien redime de
la destrucción a la vida del salmista (Sal. 103:4; 55:18). Este uso sigue en
los profetas (Is. 43:1; 44:22; Jer. 15:21; 50:34). Tanto es así el caso,
que ho lutroumenos (participio
presente del verbo), "el Redentor", llega a ser casi un nombre
técnico para Dios. Si traducimos "rescatar" en vez de
"redimir", veremos más clara y vívidamente lo que todo esto
significa. Dios es el redentor que rescata al hombre de las garras de la
angustia.
(IV)
En el NT, la palabra se encuentra tres veces. En
Lc. 24:21, los desconsolados caminantes dicen al irreconocido Jesús que ellos
esperaban que Jesús fuera quien había de "redimir" a Israel. Según
Tito 2:14, Jesús murió para redimirnos de toda iniquidad. En 1 P. 1:18 se dice
que los cristianos fueron "rescatados" de su vana manera de vivir.
Todavía nos queda por examinar
otra gran palabra del NT. Pero, una vez más, hemos llegado a la misma
conclusión: La palabra lutroun
expresa la "redención", el "rescate" de un hombre que
estaba dominado por una situación o un poder del que no podía librarse por sí
solo.
Apolutrosis es una de las
grandes palabras neotestamentarias. Literalmente, significa
"liberación", "redención", pero en esta ocasión estamos
tratando con una palabra que, prácticamente, carece de historia. Se usa
únicamente en el griego tardío, y muy poco. Pero, cuando se usa, siempre es
respecto de los prisioneros de guerra que son rescatados. En los papiros no hay
ejemplos. En la Septuaginta, sólo aparece en Dn. 4:30, donde se utiliza con
referencia al restablecimiento de Nabucodonosor tras haber estado enfermo. Pero
en el NT se usa diez veces, siempre significantes. Nosotros nos ocuparemos de
las más significativas.
(I)
Se usa con respecto a ser "redimidos del
pecado", y siempre en conexión con la obra de Jesucristo. En Ef. 1:7,
Pablo dice que el cristiano tiene "redención" por la sangre de
Jesucristo, "el perdón de pecados". La frase que se emplea en Col.
1:14 es exactamente igual a ésta. La misma idea se encuentra en He. 9:15. El
perdón de pecados está indisolublemente unido a la muerte de Cristo.
(II)
Se usa con respecto a "la nueva relación de
fraternidad" en que entra un hombre por la obra de Jesucristo. Pablo dice
que el cristiano es justificado gratuitamente por la gracia de Jesús, mediante
la "redención" que es en Cristo (Ro. 3:24).
(III)
Apolutrosis no solamente implica el perdón
de pecados, sino también una "nueva vida para el futuro". Implica la
adopción, la admisión en la familia de Dios (Ro. 8:23). Jesucristo nos es hecho
sabiduría, justificación, santificación y "redención" (1 Co.
1:30). Apolutrosis no solamente
mira hacia atrás, al perdón, sino también hacia adelante, a la vida recreada.
(IV)
Apolutrosis no termina en esta vida: es
escatológico. Es el goce anticipado de un proceso y una gloria que encontrarán
su consumación en la venida de Cristo y en los lugares celestiales (Lc. 21:28;
Ef. 4:30).
Esta redención, obrada por la
sangre de Cristo, nos hace posible el perdón de pecados, nos facilita una nueva
relación con Dios, nos da una nueva vida en la tierra y, finalmente, nos dará
la gloria celestial.
Ahora inquiramos lo que está
implicado en estas palabras que expresan la idea de "rescate",
"redención", "liberación".
(I)
Implican que el hombre era cautivo, esclavo y
prisionero de un poder extraño. Había algo que tenía en sus garras al hombre.
(II)
Implican que no hay medio concebible por el que
el hombre hubiera podido librarse o rescatarse a si mismo. Estaba desvalido en
las garras de un poder y una situación que él no podía controlar ni variar.
(III)
La liberación del hombre fue llevada a cabo por
Jesucristo, quien pagó el precio necesario para efectuarla.
(IV)
No hay en todo el NT una sola palabra que diga a
quién se pagó el precio. No pudo haber sido pagado a Dios, porque en todo
tiempo amó al mundo en gran manera. De hecho, fue el amor de Dios el que envió
a Cristo al mundo. No pudo haber sido pagado al diablo, porque le hubiera
igualado a Dios. Todo cuanto podemos decir es que, liberar al hombre del
pasado, presente y futuro poder que le hacía pecar, costó la vida y la muerte
de Cristo. Más allá, no podemos ir; pero, aunque el pensamiento luche en vano,
la experiencia demuestra que, llevar a los hombres junto a Dios, costó la vida
de Cristo.