G3115
MAKROTHUMIA3115
LA DIVINA
PACIENCIA
de lo mismo que G3116; longanimidad, i.e. (objectivamente) soporte, aguante o (subjectivamente) paciencia:- paciencia, longanimidad, clemencia.
El sustantivo makrothumia y el verbo makrothumein son, característicamente, palabras bíblicas. No se encuentran en absoluto en el griego clásico y, sólo muy raramente, en el griego posterior. Son, en verdad, palabras típicamente cristianas, pues, como veremos, describen una virtud cristiana que para los griegos no era tal virtud. En el NT, makrothumia se encuentra catorce veces y, makrothumein, diez. La traducción de la Versión Reina Valera Antigua oscila entre "resignación" y "paciencia". Estas palabras tienen dos usos.
(I) Makrothumia y makrothumein describen el "espíritu constante que nunca cederá". Es esa "paciencia" y fe que, finalmente, heredará la promesa. Abraham recibió la promesa porque había "esperado con paciencia" (He. 6:15). "Paciencia" es una virtud que el cristiano debe tener mientras espera el advenimiento del Día del Señor; y puede aprender de la "paciencia" del labrador, que espera la cosecha, y de la "paciencia" de los profetas, que nunca perdieron su esperanza en Dios (Stg. 5:7-10). Sobre todo, 1 Macabeos (8:4) tiene una forma muy luminosa de utilizar la palabra. En ese pasaje, como Trench apunta, la supremacía romana en todo el mundo es atribuida a la "política y a la paciencia de Roma. Y con esto se da a entender la persistencia romana, que nunca haría la paz al precio de la derrota". El cristiano debe tener esta makrothumia que puede soportarla espera y sobrellevar el sufrimiento sin ceder jamás.
(II) Describen la "actitud que un hombre debe tener para con su prójimo". Este es el uso típicamente neotestamentario de la palabra. Crisóstomo definió makrothumia como el espíritu que podría vengarse si quisiera, pero que finalmente rehúsa hacerlo. Lightfoot la explicó como el espíritu que nunca taliona. Ahora bien, esto es lo opuesto a la virtud griega. La gran virtud griega era megalopsuchia, que Aristóteles definió como la renuncia a tolerar cualquier insulto o injuria. Para el griego el hombre grande era el que hacía lo indecible por vengarse. Para un cristiano el hombre grande es el que, aun cuando puede vengarse, rehúsa hacerlo.
(a) La paciencia con los hombres es la característica del "ministro cristiano". Esta cualidad es, según Pablo (2 Co. 6:6; cf 1 Ti. 1:16; 2 Ti. 3:10), la prueba de que el apostolado es auténtico. Nadie que carezca de esta paciencia, de esta makrothumia, puede pretender dirigir y guiar una congregación cristiana.
(b) Es la característica del "predicador cristiano" (Tit. 2:2). Sin ella, el predicador caería en esa clase de pesimismo e irritabilidad que arruinan la predicación.
(c) Debe ser la característica de "cada cristiano", de "cada miembro de iglesia". Está incluida entre los frutos del Espíritu (Gá. 5:22). Sin paciencia, los hombres no pueden andar dignamente en su llamamiento cristiano (Ef. 4:2; Col. 3:12). La paciencia debe ser ejercida con los hombres (1 Ts. 5:14). Es una de las grandes características del amor (1 Co. 13:4). No puede existir compañerismo cristiano sin makrothumia.
(Ill) Y la razón para eso es que makrothumia es la gran característica de Dios (Ro. 2:4; 9:22). La makrothumia de Dios fue la que, en los días de Noé, esperó hasta que el arca estuvo construida (1 P. 3:20). Esa misma makrothumia fue la que hizo posible la salvación del hombre (2 P. 3:9, 15). Si Dios hubiera sido un hombre, ya haría tiempo que, con un solo movimiento de su mano, hubiera borrado al mundo de la existencia, pero, en su "paciencia", conlleva los pecados, las insensateces y la desobediencia de los hombres.
La gran responsabilidad que recae sobre el cristiano es: ser tan paciente con su prójimo como Dios lo ha sido con él.