G3308
MERIMNA3308
Y MERIMNAN3309
LA
PREOCUPACIÓN JUSTA Y LA DESATINADA
de G3307 (mediante la idea de distracción); solicitud:- afán, ansiedad, preocupación.
El nombre merimna significa cuidado, preocupación, ansiedad, y el
verbo merimnan quiere decir cuidar de, estar ansioso por. Es muy
importante que entendamos correctamente el significado de estas palabras,
porque de eso depende toda la actitud cristiana ante la vida y hacia los
vivientes.
Ambos vocablos son muy frecuentes
en el NT. El nombre merimna se
usa respecto de los afanes de este
mundo (Mt. 13:22; cf. Mr.
4:19 y Lc. 8:14). También es usado por Lucas en la advertencia de que, cuando
Cristo venga, nuestros corazones no estén cargados de glotonería, de embriaguez
y de los cuidados de esta vida
(Lc. 21:34). Es utilizado por Pedro cuando convida a sus amigos a que echen
su ansiedad sobre Dios (1 P.
5:7). Pablo lo emplea al decir que su carga más pesada es el cuidado de todas las iglesias (2 Co.
11:28). Tomemos nota, ya desde el principio, de que -como se ve en seguida por
estos ejemplos- la palabra merimna
tiene un doble matiz, pues, obviamente, los
cuidados de esta vida, que ahogan la semilla, no son como el cuidado de todas las iglesias que
cargaba el corazón de Pablo.
Cuando estudiamos el verbo merimnan, descubrimos que su uso más
importante está en el Sermón del monte.
Así, se utiliza en Mt. 6:25, 27,
28, 31, 34; cf. Lc. 12:22, 25, 26. En cada caso, la Versión Reina Valera
Antigua traduce congojarse.
"No os congojéis por vuestra
vida" (Mt. 6:25). "No os congojéis por el día de mañana" (Mt.
6:34). La Biblia de Jerusalem lo traduce: "No andéis preocupados por vuestra vida, que
comereis." La Versión Popular "Dios Llega al Hombre", traduce:
"No se preocupen por lo que
van a comer o beber para vivir." El Nuevo Testamento por Don Pablo Besson
dice: "No os acongojéis por
vuestra vida." El Nuevo Testamento ecuménico de la comunidad de Taizé lo
traduce: "No os afanéis por vuestra vida, que vais a comer." Lo mismo
reza la Versión Revisada de 1960: "No os afanéis por vuestra vida."
Es obvio que este es un mandamiento de.
Jesús con referencia al
significado de lo que debe estar claro, pues es un mandamiento que se ocupa de
nuestra actitud frente a la vida.
Antes de discutir la
significación de tal mandamiento, debemos atender a los otros que el NT hace de
la palabra. El verbo merimnan es
utilizado por Lucas cuando Jesús dice a Marta que está afanada y turbada con muchas cosas
(Lc. 10:41), y cuando se dice a los discípulos que no se preocupen de cómo o qué habrán de
responder a los cargos que les hagan los magistrados (Lc. 12:11). Merimnan es frecuentemente utilizado
por Pablo, por ejemplo en 1 Co. 7:32-34, donde lo usa varias veces. En este
pasaje, el apóstol insiste en que el cristiano debe concentrarse en la segunda
venida de Cristo, que, en aquel tiempo, Pablo esperaba aconteciera en cualquier
momento. Los solteros y solteras tienen
cuidado de las cosas del Señor; pero los casados tienen cuidado de las cosas del mundo
y de cómo agradarse más el uno al otro que de cómo agradar al Señor. En 1 Co.
12:25, merimnan es usado respecto
de que los mieembros de la iglesia se preocupen
los unos por los otros. En Fil. 2:20 se utiliza respecto del sincero interés que tiene Timoteo por los
filipenses. En Fil. 4:6, Pablo emplea merimnan
cuando dice a los filipenses: "Por nada estéis afanosos".
Es claro otra vez que merimnan, Como merimna, tiene un doble matiz. La preocupación por los hermanos en la fe
es, obviamente, distinta de la preocupación
por las cosas de este mundo.
Ahora veamos el significado de
estas palabras en el griego secular para que podamos interpretar mejor su
significado en el NT.
En el griego clásico, el
significado más simple de merimnan
puede ser ocuparse de. En una de
las tragedias de Sófocles, Edipo pregunta al rabadán en qué labor o en qué
forma de vida está ocupado (merimnan)
(Sófocles, Edipo Tirano 1124). El
nombre merimna se usa algunas
veces junto con lupe, que
significa pesar. En el Ion de Eurípides, Ion encuentra a
Creusa llorando en la capilla, y le pregunta: "¿Cómo puedes, señora,
aguantar semejante carga de
angustia?" (Eurípides, Ion,
244). La palabra puede denotar auténtica tensión y angustia psíquica.
En el griego ordinario, la
palabra merimnan puede usarse
para describir a un hombre que piensa en su trabajo o a un filósofo enredado en
sus problemas. Jenofonte dice cómo Sócrates censuraba a los que trataban de
entender el movimiento de los astros y cómo Dios los arbitra. Sócrates decía
que el que se mete en estas
cuestiones (merimnan) corre el riesgo de perder el juicio como Anaxágoras,
que se llenó de un necio orgullo en su explicación de la mecánica divina
(Jenofonte, Memorabilia 4.7.6).
Jenofonte afirma que Sócrates.no tenía tiempo para las teorías que se preocupan por la naturaleza última de
las cosas (Jenofonte, Memorabilia
1.1.4). Cuenta cómo Sócrates dijo a Pericles: 'Pienso que te tomas mucho empeño (merimnan) en no
llegar a carecer inconscientemente de cualquier conocimiento provechoso para un
general" (Memorabilia,
3.5.23).
En su vida de Ciro, Jenofonte
dice que el gran rey persa, al final de sus días, dejó a Tanaoxares un puesto
de menor responsabilidad que el de la corona, pues eso le salvaría de estar oprimido por las muchas
preocupaciones que acarrean la responsabilidad y la ambición (Ciropedia 8.7.12).
Una vez más nos encontramos con
este doble significado. Una vez más podemos ver que hay una preocupación y una
ansiedad que es justa y honorable, y, otra, que es agobiante, dañina y
destructiva.
Vayamos ahora a la última fuente
de información: al griego contemporáneo de los papiros. Se da el caso que, en
las cartas del común de las gentes del tiempo del NT, se usan muy a menudo las
palabras merimna y merimnan.
Una esposa escribe a su marido:
"No puedo ni siquiera dormir, porque día y noche mi única preocupación (merimna) es tu
seguridad". Una madre, al saber que su hijo se encuentra bien, escribe:
"Esa es toda mi plegaria y toda mi ansiedad"
(merimna). Un adivino predice a un cliente que se verá lleno de muchas ansiedades (merimnai) y penas.
Anacreonte escribe: "Cuando bebo vino, mis
problemas (merimnai) se van a dormir". En la carta de
Aristeas hay una pregunta (271): "¿Qué preserva a un reino?" Y la
respuesta es: "El cuidado
(merimna) y la vigilancia para evitar en cualquier momento que todos los
que están en eminencia puedan dañar a los súbditos". Una persona ausente
escribe a su familia: "Os escribo en seguida para evitar que estéis ansiosos (merimnan), pues así veré que
no tenéis preocupación". La palabra
amerimnia significa resguardo,
seguridad, falta de preocupaciones. Dos hombres tienen tratos comerciales,
y uno escribe al otro: "Para tu seguridad
(amerimnia), te he extendido este contrato". El contrato tenía por
objeto evitar que el otro socio estuviera preocupado.
Así, pues, tras el estudio del
significado de merimna y merimnan en el griego secular, hemos llegado a la
misma conclusión: hay preocupaciones, ansiedades y cuidados que son acertados,
justos, buenos; y, por el contrario, hay otros que son erróneos, desatinados,
nocivos.
Ahora nos resta ir al NT y ver
las que son ansiedades justas y las que no lo son. Primero, echemos una ojeada
a la ansiedad errónea.
(I)
Son siempre erróneas y desatinadas la ansiedad y
la preocupación que provienen de enredarse demasiado en los negocios del mundo
(Mt. 13:22; cf. Mr. 4:19 y Lc. 8:14; 21:34). Cuando un hombre se ocupa tanto en los negocios del
tiempo, que no puede prestar atención a los asuntos de la eternidad, está en
una situación peligrosa. Cuando se preocupa y se cuida en extremo de las cosas
terrenales, cuando se concentra tanto en ellas que las celestiales se le
amontonan, está corriendo un gran riesgo. Un hombre puede estar tanto con los
hombres, que no disponga de tiempo para estar con Dios. Puede tener tanto que
decir a los hombres, que no le quede un instante para orar a Dios. Nótese esto:
el compromiso de ese hombre en el mundo puede ser con algo que, en sí, no sea
malo, pero, a menudo, "lo bueno puede ser el peor enemigo de lo
óptimo".
(II)
La preocupación por el futuro siempre es
desatinada, porque es ciega; falla en ver la munificencia de Dios para con el
mundo; si Dios cuida de los pájaros y las flores, seguro que cuidará de los
hombres (Mt. 6:25, 26, 28-30). Es desatinada porque es inútil La preocupación nunca pudo
llevar nada a cabo (Mt. 6:27). Es errónea porque es irreligiosa (Mt. 6:32). Un gentil
puede preocuparse, pero no un cristiano. Es desatinada porque lo único que
consigue es incapacitar al hombre
para salir al paso de los problemas que se le avecinan (Mt. 6:34). La
preocupación no hace al hombre más capaz para hacer frente a una situación,
sino más débil.
(III)
La preocupación es desatinada cuando significa
derrochar energías por algo no esencial. En este sentido, Marta se equivocaba
(Lc. 10:41). No era una suculenta comida lo que Jesús quería, sino la paz ante
la Cruz.
(IV)
Es un desatino preocuparse sobre cómo hacer
frente a la oposición y a las pruebas que vengan al cristiano (Lc. 12:11). Con
la necesidad, vendrá el poder. Dios no abandona al hombre que es veraz para con
él.
(V)
Preocuparse sobre cómo agradar a la gente es un
desatino (1 Co. 7:32-34). No es a los hombres a quien debemos procurar agradar,
sino a Dios. Y si un hombre teme a Dios lo suficiente, nunca temerá al rostro
de otro hombre.
(VI)
La cura para la preocupación consiste en echar
toda la ansiedad sobre Dios y en apoyarse en él (1 P. 5:7; Fil. 4:6). En otras
palabras, la cura para la preocupación es darse cuenta que no estamos solos
para hacer frente a la vida, que Dios está con nosotros.
Ahora veamos
la forma justa de la preocupación.
(I)
Es justo que nos preocupemos por los demás (1 Co.
12:25). De hecho, suele suceder a menudo que la mejor forma de olvidar nuestras
preocupaciones es cargar con las de otros. La vida se hace más fácil y más
plena cuando sentimos las angustias de los otros más que las nuestras.
(II)
Es especialmente justo preocuparse por nuestros
hermanos en la fe (Fil. 2:20). Timoteo era el hombre que se preocupaba en
extremo por las necesidades de los filipenses. Ningún cristiano puede ser feliz
mientras otros cristianos, de cualquier color o país, pasan por la angustia, la
persecución y la necesidad.
(III)
Es justo preocuparse por la iglesia de Cristo (2
Co. 11:28). La preocupación de Pablo por las iglesias era a la vez una carga y
un privilegio. El cristiano siempre pensará y planeará cómo servir mejor a la
iglesia.
Es cierto que se nos dice que no
nos preocupemos por la vida ni por el mañana. Pero la preocupación que nos está
prohibida es la que incapacita, no la que habilita. El deber de un cristiano es
hacer el máximo de obra, comprometerse a todo cuanto pueda, y dejar el resto a
Dios. Y, a la vez, el deber de ese cristiano es tener el mismo cuidado, la
misma preocupación e idéntica ansiedad para con su prójimo, su hermano en la fe
y su iglesia, que Dios tiene.