G4317
PROSAGEIN4317
Y PROSAGOGE4318
LA PALABRA DE
INTRODUCCIÓN
de G4314 y G71; guiar hacia adelante, i.e. (transitivamente) conducir cerca (citar, presentar), o (intransitivamente) acercarse a:- llevar, presentar, traer.
El verbo prosagein significa
"introducir", "conducir a o hacia", y el sustantivo prosagoge significa "camino de
entrada", "acceso" o "introducción". Las dos palabras
se usan, en total, ocho veces en el NT, y, de éstas, cuatro hacen referencia a
la obra de Jesús por los hombres. En cuatro ocasiones, prosagein es utilizada en un sentido
completamente ordinario. En Mt. 18:24 se utiliza respecto de "presentar"
al deudor delante de su señor. En Lc. 9:41, es la palabra que Jesús emplea
cuando manda que le "lleven" al muchacho epiléptico. En Hch. 16:20 se
usa cuando trajeron a Pablo y a Silas ante los magistrados de Filipos. En Hch.
27:27 se utiliza con relación a cuando estaban "siendo llevados cerca de
tierra durante la tempestad. Prosagein
se emplea una vez respecto de la obra especial de Jesús. En 1 P. 3:18 se dice
que Cristo murió para "llevarnos" a Dios. Prosagoge es siempre usada en el NT en
conexión con la obra de Jesús. En Ef. 2:18 se dice que, por Jesús, judíos y
gentiles tienen "acceso" al Padre. En Ef. 3:12 leemos que, en Jesús,
tenemos seguridad y "acceso" a Dios con confianza. Y en Ro. 5:2 se
dice que, a través de Jesús, tenemos "acceso" por la fe a esta gracia
en la cual estamos firmes.
El gran valor
de estas palabras, cuando se aplican a la obra de Jesús, radica en las imágenes
que proyectan.
(I)
Prosagein es usada en la Septuaginta
respecto de traer las víctimas que habían de ser sacrificadas a Dios (Lv. 3:12;
4:4; 8:14). Es la palabra para expresar la idea de traer a Dios todo lo que sea dedicado
a su servicio.
(II)
Prosagein se utiliza en la Septuaginta
respecto de llevar a los hombres escogidos a la presencia de Dios, a fin de ser
ordenados sacerdotes para su culto y servicio (Ex. 29:4).
(III)
En el mundo idólatra, en tiempo del NT, muchas
personas creían que las religiones de misterio les acercaban a Dios más que
ninguna otra fe pagana. Las religiones de misterio eran como dramas de pasión
que al adorador le era permitido presenciar sólo después de un largo período de
preparación. Tras este período, el adorador, ya convertido en iniciado, era
introducido a la presencia de los misterios sagrados por una persona conocida
como el mustagogos, y la palabra
técnica para expresar esta idea de "introducir" al iniciado es prosagein, que describe el hecho de
conducir a alguien ante algo especialmente sagrado y santo.
(IV)
En el griego secular, prosagein es usado regularmente con
respecto a "introducir" a un orador a la presencia del demos, la asamblea del pueblo, o a la
del bouie, el senado o concilio.
Se utiliza respecto de "introducir" embajadores a la presencia de la
asamblea del Pueblo para gestionar algún posible acuerdo; y, también, se utiliza
respecto de "conducir" a uno ante el tribunal o el juez. Prosagein es, por tanto, la palabra
que se usa para indicar la introducción de una persona a la presencia de
alguien revestido de una autoridad superior a la de dicha persona.
(V)
Pero prosagein
se emplea especialmente con referencia a "introducir a una persona a la
presencia del rey". Jenofonte dice cómo los prisioneros encadenados eran
"introducidos a la presencia" del rey Ciro (Ciropedia 3.2.12). Dice que Ciro
esperaba a uno que, queriendo algo de él, había procurado ganarse el favor de
los amigos del rey para conseguir, a través de ellos, una prosagoge, "acceso a la presencia
real" (Ciropedia 7.5.45).
Jenofonte se refiere también a Sacas, el copero, encargado de
"introducir" (prosagein) a
la presencia de Astyages a todos aquellos que tenían negocios con él, y de
impedir la entrada a los que no consideraba oportuno admitir (Ciropedia 1.3.8). En la corte persa
había, de hecho, un oficial que era el prosagogeus,
el introductor, cuya misión era conducir a las personas ante el rey.
Cada simple uso de las palabras
arrojan luz sobre la obra que Jesús realizó por los hombres. Jesús es la
persona que nos introduce a la real presencia de Dios. Sólo con él podemos
estar sin temor ante el Omnipotente, pues Jesús es el introductor designado por
Dios. Cuando somos introducidos por Cristo a esa presencia, estamos ante la
suprema autoridad para nuestras vidas. Jesús nos introduce a la presencia más
santa y más sagrada de todas; nos introduce para que, a través de él, podamos
dedicar nuestras vidas como ofrenda para el servicio de Dios. ¿Puede pensarse
en Jesús en forma mejor que la de ser quien nos "introduce" a la
presencia de Dios para que recibamos la gracia del Altísimo y le rindamos nuestro
servicio voluntario?
He ahí un uso especial de prosagoge que debemos considerar. En
Ro. 5:2 leemos que, a través de Jesús, tenemos "acceso"; prosagoge, a la gracia en la cual
estamos firmes. Ahora bien, prosagoge,
cuando significa "acceso" o "introducción", se refiere
siempre a "personas", por tanto, este uso es ligeramente distinto del
griego. En el griego helenista, prosagoge
se usa respecto de "un lugar para fondear los barcos". Plutarco habla
de un general que formó sus tropas frente al mar, en una zona donde no
había prosagoge, fondeadero (Aemillus 13). En Sófocles (Philoctetes 236) encontramos la
frase: "¿Qué necesidad te hizo arribar a Lemnos?" Es probable que en
este pasaje de Romanos, prosagoge
sea usado en este sentido, y que la frase signifique: "Jesús nos abrió un
camino en el fondeadero de la gracia de Dios." La idea es que somos
violentamente zarandeados por la tormenta del pecado, de la angustia, de la
aflicción, de la tentación, y que Jesús nos ofrece el camino al puerto, al
fondeadero, al resguardo de la gracia de Dios. Somos como marinos que van dando
bandazos, y cuyas vidas naufragarían si Jesús no las pilota para, tras
gobernarlas y sacarlas de la tempestad, fondearlas en el seguro puerto de la
gracia de Dios.