Mundo Hispano 2019-09-02
Éxo 11:1-10
(j) El anuncio
de la última plaga, 11:1-3, 9, 10. Jehová
anunció a Moisés que habría una sola plaga más; después, el faraón iba a
echarlos del país (v. 1). La palabra traducida plaga significa
literalmente “golpe”. Todo estaba listo para el poderoso golpe final que
resultaría en la libertad.
Por varias razones esta plaga se
distinguiría de las otras: (1) Toda la actividad sería exclusivamente de Jehová
. No habría ninguna intervención de parte de Moisés ni de Aarón. (2) Sería de
calidad diferente. Las primeras cuatro plagas habían sido más bien molestias
para los egipcios; las cuatro que siguieron causaron daños económicos y tocaron
a algunas personas; la novena, las tinieblas, produjo terror en toda la gente;
sin embargo, la décima trastornaría toda la población egipcia y haría que el
faraón expulsara a Israel por completo de sus dominios (v. 1).
(3) El pueblo recibiría un pago justo por sus años de maltrato como esclavos.
El v. 2 no trata de un despojo engañoso o injusto de los egipcios (ver
2:21, 22; 12:35, 36).
El texto indica que Jehová dio gracia al pueblo ante los ojos de los
egipcios (v. 3a).
De acuerdo con la ley semítica
expresada después en el pacto de Israel, un esclavo librado después de seis
años de servir no debía ir con las manos vacías. Le proveerás
generosamente... con que Jehová tu
Dios te haya bendecido. Te acordarás de que fuiste esclavo en la tierra de
Egipto, y que Jehová tu Dios te
rescató (Deu_15:12-15). El librado
tenía el derecho de participar en los beneficios que resultaron de su labor.
En cuanto a Israel, había estado
430 años en Egipto (Deu_12:40); por lo
tanto, tenía el derecho de la libertad y de los obsequios que lo acompañaban.
Dios no permitio que los suyos saliesen con sus manos vacías; fue justo en su
acción.
La décima plaga fue el clímax de
una lucha de vida o muerte. Como dice Kelley: "La muerte vendría al primogénito
del perdedor. La vida sería otorgada al primogénito del vencedor (ver 4:22,
23). Por medio de estos hechos poderosos de Dios los hebreos hallaron esperanza
en medio de la desesperanza, vida en medio de la muerte y libertad en medio de
la esclavitud" (Exodo, p. 54).
Antes de resolver el tema
principal de esta unidad literaria, concluye otro de los temas secundarios, que
trata del respeto creciente por Moisés entre los egipcios. Al final, lo
consideraron un gran hombre en la tierra de Egipto, tanto a los ojos de los
servidores del faraón, como a los ojos del pueblo (v. 3).
Otra vez Jehová explicó la razón teológica de las maravillas
y los prodigios hechos delante del faraón (vv. 9, 10). Al preparar al
pueblo para el paso próximo, el Señor quiso que no quedara ninguna duda
respecto al origen de su libertad. Sin la acción de Jehová , el Dios soberano,
no hubiera alcanzado la liberación: el faraón no dejó ir de su tierra a los
hijos de Israel (v. 10). Fue el poder de Jehová el que los rescató.
En una forma solemne se acerca el
clímax del tema principal de la primera sección del libro: el conflicto entre
los dioses de Egipto y el Dios Soberano. Los dos temas secundarios se han
resuelto: Moisés se mantuvo firme y no redujo las demandas absolutas de Jehová en el trato con el faraón. No habría más
esfuerzos de parte del monarca para negociar con él, y Moisés había sido
aclamado un gran hombre (v. 3) por los egipcios.
Antes del golpe final, faltaba un
paso más; era necesario preparar al pueblo para la noche decisiva y establecer
las condiciones para la Pascua, la fiesta recordatoria perpetua. El ángel de la
muerte pasaría sobre las casas de los obedientes, los que tenían fe en la
palabra divina. Los incrédulos sufrirían las consecuencias fúnebres de la desobediencia.
Se salvarían las vidas de los primogénitos de los fieles, fuesen de Israel o de
los gentiles, y el pueblo hallaría su libertad por medio de la gracia divina.