Mundo Hispano 2019-07-16
Génesis 25
(5) Los
descendientes de Abraham y Quetura, 25:1-6. Aunque la continuación de la
descendencia estaba asegurada ahora con el matrimonio correcto de Isaac, surge
una nueva situación que pudiera presentar reclamos de herencia a Abraham. Una
vez viudo, Abraham se casa nuevamente con Quetura y tiene otros hijos. La
viudez de Abraham es de 37 años en total. Los hijos de Abraham y Quetura no
llegan a formar una nación específica, aunque algunos de sus descendientes
llegan a formar grupos étnicos bien identificables como las madianitas. Pero
aún en vida, Abraham previene todo conflicto y resuelve la situación de la
siguiente manera: Primero, toda la herencia y la bendición patriarcal —ligada
con la promesa de Dios— concede a Isaac. A los otros hijos, los de sus
concubinas (el plural se refiere a Quetura y Agar, ya que sólo los hijos de éstas
se mencionan) Abraham sólo otorga obsequios. Estos son provisiones materiales y
recursos que demuestran su carácter de padre correcto, previsor y bondadoso.
Segundo, a estos hijos, Abraham los separa de Isaac y los envía fuera de
Canaán, a la tierra del oriente, para evitar toda disputa territorial que
pudiera surgir con el tiempo. Aquí vemos el aspecto de padre previsor y
preocupado en el bienestar de su descendencia. Al mismo tiempo, se nota su
reconocimiento y sumisión al plan redentor de Dios a través de Isaac.
(6) Muerte y
sepultura de Abraham, 25:7-11. El relato de la muerte y sepultura de Abraham
es breve y conciso. Sin embargo, este relato está lleno de detalles que son
normativos en la fe bíblica. Primero, a pesar de una larga vida consagrada a
Dios, llega el momento de morir. La vida del hombre, por más instrumento que
sea en las manos y en el propósito de Dios, tiene su límite. No es inmortal.
Segundo, se destaca no tanto la muerte, sino la vida llena de significado y
logros dentro del propósito de Dios. Abraham tuvo una vida fructífera: Fue
diligente y próspero y respetado en el trabajo. Fue un esposo fiel, un padre
previsor e interesado en el bienestar de su descendencia. Mantuvo un buen
testimonio y relacionamiento social. Supo actuar con decisión, valor y
prudencia en todas las dificultades enfrentadas. Y por sobre todo fue un hombre
que se entregó al propósito de Dios. Su vida no fue vacía ni en vana. Tercero,
muere en esperanza de vida eterna: Fue reunido a su pueblo (v. 8).
Aquí hay una rotura con los epitafios anteriores en Génesis. La muerte no es el
final de la existencia del hombre. Este nuevo elemento se irá repitiendo una y
otra vez en las muertes de los hombres de fe del pueblo de Dios. Cuarto,
Abraham es sepultado en el sepulcro familiar, junto a Sara, su esposa y
compañera en la vida. Quinto, sus dos hijos, Isaac e Ismael, lo sepultan
indicando una relación amistosa y noble entre ambos hermanos. ¡Que bendecido
sería el mundo si pudiera restablecerse esta misma relación entre los descendientes
de Ismael e Isaac hoy día! Por último, con la muerte de Abraham, el hombre que
respondió al llamado de Dios, no termina el propósito redentor de Dios. Dios
traslada la bendición de Abraham a Isaac y fiel a su promesa continúa su pacto
de redención.
(7) Los
descendientes de Ismael, 25:12-18. Ismael, el hijo del apresuramiento en cumplir
el propósito de Dios con recursos humanos, no queda en el olvido. Este relato
tiene el propósito de demostrar el cumplimiento de la promesa de Dios a Abraham
(17:20) y a Agar (21:18) de convertir la descendencia de Ismael en una nación.
Y efectivamente, con el tiempo, la descendencia de Ismael se convierte en una
nación identificable étnica, cultural y territorialmente. Sus descendientes son
doce, número requerido para la formación de una nación. Se indica la
organización política de los ismaelitas: Son de vida nómada y seminómada
(aldeas y campamentos). Se especifica el territorio que les fuera asignado:
desde Havila hasta Shur, es decir un territorio frente a Egipto y en dirección
al camino a Asiria en la península de Sinaí. Esta asignación territorial está
fuera de Canaán lo que aseguraba la ausencia de disputa territorial con Isaac y
sus descendientes. Se menciona también la muerte de Ismael en los términos nuevos
de ser reunido a su pueblo (v. 17). Los ismaelitas serán
mencionados varias veces en la Biblia, ya que mantuvieron una relación estrecha
y muchas veces conflictiva con los israelitas.
IV. DIOS E
ISAAC, 25:19-28:9
Esta sección demuestra el
cumplimiento de la promesa de Dios a través de Isaac y Rebeca. Con todos los
logros y arreglos de Abraham, pareciera que la continuación del pacto con la
familia de Isaac sería fácil. Pero no es así. El testimonio bíblico indica que
en esta generación hay también conflictos familiares, peligros de aniquilación
por hambre y hostilidad, peligro de asimilación por emparentamiento y actitudes
incorrectas al propósito del pacto. Sin embargo, la fidelidad de Dios y la
disponibilidad humana harán posible que el pacto continúe por una nueva
generación.
1. LA FAMILIA
DE ISAAC, 25:19-34
El matrimonio de Isaac y Rebeca
parecería ideal para el propósito patriarcal. Fue el único matrimonio
patriarcal monógamo. Nunca salieron de Canaán. Pero también tuvieron muchos
conflictos y luchas que al final se resuelven.
(1) Nacimiento
de Esaú y Jacob, 25:19-26. Esta sección bíblica se inicia con la mención
del matrimonio de Isaac y Rebeca y sus respectivos progenitores. Todo indica
que la continuación de la descendencia será fácil y dentro de los términos del
pacto. Pero, Rebeca era estéril y después de 20 años de matrimonio todavía no
tenía hijos. Finalmente, Rebeca concibe, pero bajo estas condiciones: Primero,
la concepción es fruto de la oración de Isaac. A pesar de todas las provisiones
humanas y decisiones apropiadas en relación a la seguridad de la descendencia,
ésta dependía de la voluntad de Dios. Aquí vemos a Isaac hacer uso de la
oración, confiando en Dios y basado en experiencias pasadas. No hay intento de
recursos humanos. Sólo la espera en Dios quien responde al pedido. Segundo, el
embarazo causa disturbios físicos y emocionales. Ante esta situación, Rebeca
consulta a Jehová . La consulta y el acceso a una respuesta de Dios en las
situaciones conflictivas o desconocidas es el privilegio del pueblo de Dios. En
la nación hebrea, la consulta a Jehová
se hacía por lo general a través del profeta o sacerdote y en los
santuarios o lugares de adoración y sacrificios.
La respuesta a
la oración Isaac rogó a Jehová por su mujer, que era estéril. Jehová accedió a su ruego, y Rebeca su mujer
concibió (25:21). El amor a veces encuentra dificultades que parecen imposibles
de superar. Isaac y Rebeca se amaban mucho, pero no podían disfrutar del gozo de
tener un hijo. Isaac llevó a Dios su problema y Dios dio la respuesta. Siempre
que llevamos a Dios nuestras dificultades, por difíciles y complicadas que
puedan parecer, él hace algo para responder a sus hijos.
La respuesta de parte de Dios
declara que hay dos hijos, confirma el conflicto entre los no nacidos todavía y
anuncia tres realidades para el futuro. Primera, de esos dos hijos se formarán
dos pueblos que estarán separados, es decir, en conflicto constante y desde la
matriz. Segunda, el desarrollo y progreso de ambos pueblos serán diferentes.
Uno de ellos será mayor y más fuerte que el otro. Y tercera, el mayor servirá
al menor, el reverso del derecho de primogenitura. La institución de la
primogenitura era la estructura sociopolítica que garantizaba la estabilidad
familiar, social y política de los pueblos de aquel entonces. Esto nos indica
que Dios puede interrumpir y romper la estructura humana por más cerrada,
inflexible o sabia que parezca. Además, hay planes o elecciones de Dios que no
ofrecen ninguna opción al hombre: éste debe aceptarlos. La soberanía de Dios en
la elección tiene prioridad absoluta sobre la libertad o estructuras del hombre
(Rom_9:10-16).
Finalmente nacen los niños que
son gemelos fraternos o mellizos (cuates) bien distintos uno del otro. Los
nombres dados a los hijos hacen alusión a sus respectivas características
sobresalientes en el momento del nacimiento. Esaú (velludo), el primogénito
recibe dicho nombre por su abundancia de vello. Jacob (suplantador), el
segundo, recibe dicho nombre por nacer tomado del talón de su hermano. Detrás
de estas diferencias físicas están diferencias de carácter y de espiritualidad
que tendrán mucho que ver en el desarrollo de esta familia y que llegan a poner
en peligro la descendencia en continuación del pacto.
(2) Esaú
menosprecia su primogenitura,Rom_25:27-34. Al crecer
los niños fueron de vocación y carácter muy diferentes: Esaú, cazador, del
campo y el favorito de su padre; Jacob, aquietado, de la casa y el favorito de
su madre. Aparentemente existía entre ellos una competencia continua. Un día,
su manifestación llegó a tener trascendencia a través de la venta de la
primogenitura por Esaú. La negociación por la primogenitura se desarrolla de la
siguiente manera: Primero, los hermanos se encuentran en una situación
especial. Jacob con un guisado que había preparado y Esaú cansado, pidiendo
comer de ese guiso rojo. Esaú estaba volviendo del campo, posiblemente de un
intento de caza, pero sin logro. Jacob tenía un logro concreto: un guiso rojo.
¿Qué fue lo que despreció Esaú? En nuestra cultura occidental la
primogenitura no tiene las mismas implicaciones que en la cultura oriental. La
primogenitura daba derechos especiales al hijo mayor, precisamente por ser el
primer hijo. Aunque el texto resume todo en la frase: Así menospreció Esaú
la primogenitura (Rom_25:34), lo
que Jacob pidió de Esaú se podría decir...
Esaú, a cambio de este plato de
comida, tu me das lo siguiente: De los bienes de mi padre, cuando él muera, yo
me quedaré con una porción que es doble que la tuya. Al morir papá yo seré el
sacerdote y profeta de la familia, por lo tanto el líder espiritual con
privilegios únicos delante de Dios. Dios ha prometido hacer de la descendencia
de Abraham, nuestro abuelo, una nación grande; de aquí en adelante tu
descendencia no contará para nada y seré yo quien ocupe el lugar de uno de los
padres de la nación que Dios va a formar. Además Dios prometió darle al mundo
un Mesías, y en lugar de que seas tú uno de sus progenitores, seré yo. Nuestros
hijos y nietos cuando oren al Señor dirán: "Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob" y no dirán "Dios de Abraham, Isaac y Esaú".
¿Cuál era la cantidad que Jacob
ofrecía a cambio de la primogenitura? La Biblia dice: ¡un guisado de color
rojo! ¡Algunos dicen que eran lentejas! Para nosotros sería como ¡un plato de
frijoles o porotos!
Segundo, Jacob aprovecha la
oportunidad y pide comprar la primogenitura. Ambos hermanos conocían muy bien
el significado de la primogenitura en el contexto cultural y especialmente en
el del pacto. En el sistema patriarcal era el derecho del hijo mayor de suceder
al padre como jefe de la familia o clan. Le correspondía una porción doble de
los bienes y era el recipiente de la bendición paterna. En la familia de Isaac
se agrega el derecho a la promesa de Dios a Abraham. Todo esto pone en juego
Esaú al vender su primogenitura. El razonamiento de Esaú: Yo me voy a morir;
¿de qué, pues, me servirá la primogenitura? (v. 32), refleja
fielmente que el pacto dependía totalmente de promesas cuyos cumplimientos
estaban en el futuro, en la descendencia y no tenía recompensas inmediatas (Heb_11:39). Además, esas promesas estaban fuera
del control humano inmediato; dependían de la generosidad de Dios y demandaban
confianza y espera. Aquí vemos a un hombre confiado sólo en sí mismo, en el
poder de sus recursos y en recibir su recompensa. Sacrifica el futuro por el
presente. Al ver la poca seriedad de Esaú respecto a su derecho de
primogenitura, Jacob aprovecha aun más y solemniza la adquisición con un
juramento por parte de Esaú. Esta acción equivalía a un contrato privado formal
y válido legalmente. Esaú obtiene lo que desea: el pan y guisado de lentejas
(v. 34) y Jacob el derecho de primogenitura.
Tercero, hay una evaluación de la
transacción: se considera un menosprecio de la primogenitura. Los hermanos
negociaron por sí solos. Esaú se sintió con la autoridad de disponer de la
primogenitura sin más. Dios, los padres, la humanidad pendiente de ese plan
redentor no contaron para nada. Aquí hay egoísmo y desprecio arrogante: Se hace
que el plan redentor de Dios sea negociable, un artículo más en venta y ¡a
precio de remate! (Mat_26:15). En Heb_12:16-17 se considera a Esaú inmoral y
profano por vender su primogenitura y como un ejemplo de advertencia a los
creyentes. Como recuerdo y característica de Esaú en esta acción, recibe una
segunda identificación: Edom o “rojo” que hace referencia a su pedido del
“guiso rojo”. Más adelante aparecerán otros conflictos entre estos dos
hermanos.
Verdades
prácticas ¡Qué fácil fue para Esaú
vender su primogenitura! No pensó que allí estaba, en embrión, el plan redentor
de Dios. La salvación de la humanidad estaba pendiente de ese privilegio, pero
él, casi sin darse cuenta, la vendió. En nuestros días hay muchos
"vendedores" de pan y guisos de lentejas a cambio de nuestra
primogenitura. Estemos atentos de no vender las bendiciones que Dios tiene para
nosotros a cambio de un momento de placer. Debemos aprender a mirar las
implicaciones que los placeres o decisiones que tomamos ahora tendrán para el
futuro. Generalmente es mejor sacrificar un placer del presente y avanzar con
paso firme hacia una satisfacción más trascendental.