Mundo Hispano 2019-07-19
Génesis 29
2. JACOB LLEGA
A LA TIERRA DE HARáN Y VIVE CON SU TíO LABáN, 29:1-30:43
La estadía de Jacob en Harán le
presenta varios desafíos y situaciones que demandan esfuerzos y sacrificios.
Allí él forma su hogar, aunque no como inicialmente lo deseara. Llega a formar
una familia numerosa de once hijos y una hija, factor importante para el
desarrollo de la descendencia patriarcal. También Dios le permite acumular
suficientes recursos humanos y materiales para establecer su identidad e
independencia étnica. En Harán se presentan nuevamente dos de los peligros que
han de atentar contra la continuación del propósito divino: La no vuelta de Jacob
a Canaán y la desintegración de su familia. Nuevamente por encima de las
decisiones humanas y circunstancias poco favorables, Dios cumple su promesa de
protección y prosperidad a Jacob. Y éste permanece fiel y determinante en ser
el instrumento de la bendición patriarcal.
(1) Encuentro
con Raquel, hija de Labán, 29:1-14. Jacob, motivado por el encuentro con Dios,
continúa su viaje hacia el exilio y cruzando el río Eufrates llega a Harán,
territorio de los arameos (orientales). Hoy día es territorio de Turquía. Una
vez llegado a Harán, la necesidad era encontrar a Labán. Jacob se dirige hacia
un pozo de agua, donde encuentra a pastores del lugar. Allí recibe información
sobre Labán y más aun se entera que su hija Raquel estaría en el pozo en breve.
Este pozo era de propiedad pública y era costumbre que todos los pastores con
todos sus rebaños se juntaran a ciertas horas para abrevar el ganado. De esta
manera se salvaguardaban los derechos de todos. Por ello, los pastores no
siguen el consejo de Jacob.
Cuando Raquel aparece con el
rebaño de su padre, Jacob hace tres cosas: Primero, remueve la piedra del pozo
y da de beber al rebaño de Raquel. La piedra era bastante grande y demandaba
mucha fuerza removerla. Segundo, Jacob, después de haber hecho el trabajo de
Raquel, saluda a ésta con intimidad y emoción. Los encuentros en las fuentes de
agua con tono romántico ocurren varias veces. Así Eliezer encuentra a Rebeca
(24:15) y Moisés a Séfora (Exo_2:16-17).
Aquí no fue un beso romántico, sino de saludo oriental y expresión emocional
por el encuentro. Las circunstancias, guiadas por Dios, eran muy favorables
para Jacob, quien con aparente facilidad estaba encontrando a sus parientes.
Tercero, Jacob se identifica como pariente del padre de Raquel. La expresión emotiva
primero, luego la explicación. Raquel, sorprendida por todo, corre a su casa y
da las noticias a su padre. Labán sale al encuentro de Jacob, lo saluda con
mucha emoción, lo identifica como pariente y lo lleva a su casa donde Jacob
permanece por un mes como huésped. Este encuentro inicial con Raquel es muy
importante porque da lugar al segundo objetivo de Jacob al venir a Harán:
Procurar una esposa apropiada para los fines del pacto.
(2) Jacob se
casa con Lea y con Raquel, hijas de Labán,Exo_29:15-30. Todas las
circunstancias y los eventos, guiados por Dios, llevaron a Jacob al lugar donde
debía encontrar esposa. Ahora, en el desarrollo del plan de Dios, entran las
decisiones humanas, las cuales son guiadas por intereses y ambiciones
particulares que crean conflictos múltiples. La obtención de esposas para Jacob
se desarrolla de la siguiente manera: Primero, Jacob toma la iniciativa de
escoger para su esposa. En un mes de estadía y luego de observar las cualidades
de ambas hijas de Labán, Jacob hace su elección: Raquel. Como dote, Jacob,
quien estaba solo y sin ninguna riqueza, ofrece su servicio al padre por siete
años. Labán la acepta sin más explicaciones o compromiso que decir: Mejor es
que te la dé a ti (v. 19). Así Jacob trabaja para Labán siete años
motivado por el amor que sentía por Raquel. Recordemos que Jacob ya tenía más
de 40 años cuando llega a Harán (Exo_26:34).
Siete años es una espera disciplinada y con un firme propósito de asegurar la
descendencia relacionada con el pacto.
Segundo, cuando llega el momento
de concesión (los siete años), Labán entrega a Lea, la hija mayor, como esposa
a Jacob, en lugar de Raquel. El casamiento, según la costumbre patriarcal, era
un pacto familiar. Y el padre era quien debía entregar a la novia. Además debía
ser un acto público y una ocasión muy festiva, que generalmente duraba siete o
más días. La novia era entregada al esposo, según la costumbre oriental, con
velo. Los años de espera, la festividad de la ocasión, los tratos de confianza
hechos hasta ahora, más la mujer “velada”, impiden a Jacob reconocer con
exactitud la identidad de la novia. Con la unión física entre los novios, el
matrimonio queda consumado. No hay posibilidad de regreso. Zilpa, según la
costumbre, es concedida como sierva (o asistente) de Lea. Más tarde, Zilpa
tiene importancia porque también ella da hijos a Jacob. Jacob descubre el
cambio a la mañana siguiente y su sorpresa es grande. El engaño aparece
nuevamente en la vida de Jacob. Pero esta vez, él es la víctima. Si su sorpresa
fue grande, también su ira lo fue y así confronta a Labán, reclamándole los
términos del acuerdo y acusándole de engaño. Por toda respuesta, Labán informa
a Jacob que realmente no es un engaño, sino el cumplimiento de una costumbre
local, por encima de los acuerdos de individuos. No se nos dice el motivo real
de Labán, aunque obviamente el trabajo de Jacob le era muy beneficioso, como
más tarde lo reconoce (Exo_30:27).
Jacob es instado a cumplir su deber conyugal con Lea, con quien está legalmente
unido.
¿Otros siete años? Cumple la semana de ésta, y después se te
dará también la otra por el trabajo que harás para mí durante otros siete años.
Jacob lo hizo así. Gen_29:27-28.
1. Nada podía ser más doloroso
para un engañador y oportunista como Jacob que ser engañado. Ahora tenía la
oportunidad de saborear la amargura del engaño. Labán le había entregado a Lea
en lugar de Raquel.
2. ¿Cómo fue posible que Jacob
fuera engañado? Recordemos las circunstancias: Habían pasado siete días de
fiesta. El cansancio, la mucha comida y la bebida estaban haciendo su efecto.
Era la última noche y la novia era entregada con un velo que le cubría el
rostro. La confianza de Jacob en Labán; todo se conjugó para que Jacob no
pudiera identificar a la novia hasta la mañana siguiente. Recordemos que Labán
no hizo un engaño total, pues echó mano de una costumbre local. Lo falso estuvo
en no explicar de antemano, al forastero Jacob, esa costumbre antes que
comenzara a trabajar por la hija menor.
3. El texto bíblico no aclara si
Jacob trabajó antes o después para obtener a Raquel. Las costumbres de la época
exigían que el esposo cumpliera sus funciones conyugales con la recién casada y
después podría tener como esposa a otra mujer. En este caso, después de la
semana de los deberes conyugales de Jacob hacia Lea, Labán "le dio también
a su hija Raquel por mujer." Es decir que Jacob no debió esperar siete
años por Raquel, aunque luego tuvo que trabajar de acuerdo a lo pedido por el
padre.
Tercero, Labán informa a Jacob
que Raquel también puede ser su esposa por otra dote similar. Raquel, realmente
no fue sustituida, sino “postergada” por otros siete años de servicio. Jacob
acepta la situación y Labán, después de la semana de Lea con Jacob (luna de
miel), concede a Raquel como esposa. Por lo menos, Jacob no debe esperar otros
siete años por Raquel. Bilha es concedida como sierva o asistente de Raquel,
quien más tarde también se convierte en madre de algunos de los hijos de Jacob.
El nuevo matrimonio es consumado con la unión física y Jacob visiblemente
demuestra su amor preferencial por Raquel. Luego demostrará también amor
preferencial por José y Benjamín, los hijos de Raquel. Jacob acepta las
circunstancias y se somete a las nuevas condiciones. Ambas hermanas se
convierten en esposas de Jacob, en circunstancias donde los intereses humanos
parecen prevalecer. Pero Dios quien es fiel a su propósito, no queda ajeno a
estas circunstancias.