Mundo Hispano 2019-07-26
Gén 33:1-20
(3) Jacob se
encuentra con Esaú, 33:1-16. Después de todos los preparativos defensivos,
estratégicos y espirituales, Jacob se encuentra con Esaú. El reencuentro por
parte de Jacob es muy medido, cauteloso y respetuoso. Los 400 hombres de Esaú
eran todos guerreros y con capacidad de destruir a Jacob y a su familia. Para
evitar una destrucción familiar total, Jacob dispone a sus hijos con sus respectivas
madres en orden de estimación: Primero y en la posición más vulnerable, las
siervas y sus respectivos hijos. Estos son Bilha y Zilpa; Dan, Neftalí, Gad y
Aser. Después a Lea, una de las esposas y a sus hijos: Rubén, Simeón, Leví,
Judá, Isacar, Zabulón y Dina. Y al final a Raquel, la esposa amada, y José, a
quien Jacob consideraba en ese momento lo más apreciado y heredero de las
promesas. Todo esto era en previsión a un ataque por parte de Esaú y con
esperanza de huida. Finalmente Jacob mismo se acerca a Esaú con mucho respeto,
humildad y deferencia especial. Esto lo hace en reconocimiento de la jerarquía
de Esaú y de condición de siervo del mismo.
La reacción de Esaú es totalmente
opuesta a la de Jacob: corre, le abraza y le besa. Estas acciones reflejan
afecto, perdón y reconocimiento de que ambos son hermanos. Finalmente, la
emoción se apodera de ambos hermanos y la expresan a través del llanto. Después
de 20 años de separación Jacob demuestra mucho cambio: No es ya el agresivo, el
demandante, el “ventajita”, sino ahora demuestra humildad, respeto y
reconocimiento. Esaú tampoco es el mismo. El tiempo, los logros y la madurez
alcanzados, tal vez la influencia de Rebeca, la emoción de ver a un hermano y
principalmente la acción de Dios, habían cambiado su odio en afecto, su deseo
de venganza en perdón. Así como Dios estuvo guiando las circunstancias a favor
de su propósito, ahora también cambia a las personas para cumplir ese buen
propósito.
Después de las expresiones
emotivas, viene la identificación de todos los miembros de la familia de Jacob,
quienes también saludan con respeto y honor a Esaú. Además, Jacob explica el
propósito de los presentes los que insiste sean aceptados por Esaú como señal
de otorgamiento de gracia. Jacob atribuye a Dios todos sus logros y
especialmente el encuentro reconciliador con Esaú.
¿Cómo llegó Jacob a Canaán? Los traductores han hecho cuando menos tres
versiones de este versículo que nos cuenta acerca de cuando Jacob salió de
Sucot, al Este del Jordán, donde probablemente se quedó por varios años, y
entra de nuevo a la tierra prometida, Canaán.
1. La versión RVR-60 traduce así:
Jacob llegó sano y salvo a la ciudad de Siquem.
2. Mientras que RVA dice que
Jacob llegó en paz a la tierra de Siquem.
3. Algunas versiones siguiendo la
traducción del inglés rezan: "Y Jacob llegó a Shalom, una ciudad de
Siquem".
La mayoría de los estudiantes del
AT están de acuerdo en que la palabra shalom no es un nombre propio, cuando
mucho, la palabra puede ser usada como un adverbio, que en cualquier caso
significa paz. Entonces, ¿cuál es la diferencia? (1) Que shalom no es un lugar
geográfico. (2) Que no es lo mismo llegar físicamente "sano y salvo"
(que es una alusión al estado físico de la persona); que llegar emocionalmente
en paz a pesar de los trabajos que haya tenido que pasar para llegar hasta el
lado Este de la ciudad de Siquem.
La hora de partir llega y Esaú
ofrece acompañar a Jacob hasta que lleguen a Seir, pero Jacob rechaza la oferta
alegando lentitud de movilidad por los niños y ganado (Esaú sólo tenía hombres
de guerra). Tal vez el verdadero motivo era el de no abusar de la
reconciliación evitando cualquier incidente que pudiera revivir el
resentimiento. También Jacob rechaza la oferta de una “escolta” ya que lo único
que deseaba de Esaú era hallar gracia, es decir, una reconciliación, la que fue
ya lograda. Detrás de todo esto estaba la intención firme de Jacob de no ir a
Seír, sino a Canaán, cumpliendo el propósito de Dios. Finalmente Esaú parte
para Seír dejando a Jacob.
(4) Jacob
llega a Canaán y reside en Siquem, 33:17-20. Jacob reinicia su viaje y llega
a un lugar apropiado para sus ganados sobre el río Jaboc y construye allí casa
y cabañas, de carácter temporal, llamándolo Sucot. Este lugar está a 8 km.
antes de la desembocadura del Jaboc en el Jordán. Finalmente llega en paz a
Canaán, cumpliéndose así la promesa de Dios en Betel y Harán. El lugar que
escoge para vivir en Canaán es Siquem, ciudad habitada por los cananeos y
ubicada a unos 60 km. al norte de Jerusalén entre los montes Ebal y Gerizim. A
esta misma zona Abram llega por primera vez al dejar Harán recibiendo aquí la
indicación de la tierra a heredar (12:6, 7). Jacob compra un campo cerca de la
ciudad. Este campo juntamente con el de la cueva de Macpela son las dos únicas
propiedades adquiridas por los patriarcas. José será declarado el heredero de
esta propiedad (48:22). Lo primero que Jacob hace allí es edificar un altar a
Dios, identificándole como ElEloheiIsrael (Dios, Dios de Israel, v. 20),
es decir su Dios personal y aceptando la transformación y nueva identidad
recibida en Peniel. Por el momento, la descendencia está establecida y a salvo.
Y nuevamente Jacob, heredero de la promesa patriarcal, reside en la tierra
prometida esperando el cumplimiento de las promesas de Dios.
Jacob y sus
inversiones Aunque Jacob se movió de
Siquem posteriormente, mientras estuvo en Siquem, hizo varias inversiones que
nos parecen interesantes por las lecciones que podemos aprender.
1. Jacob hizo
una inversión al comprar un terreno (v. 19).
Y la parte del campo donde
instaló su tienda compró de los hijos de Hamor. Esta fue la segunda propiedad
comprada en Canaán por uno de los patriarcas. Con motivos diferentes a los de
su abuelo, Jacob, necesitaba espacio para el crecimiento y desarrollo de su
familia.
Hamor, el padre de Siquem. Los
hijos de Hamor evidentemente constituían una de las tribus más fuertes en la
región. Observemos que "Siquem" era el nombre de un príncipe de esas
tierras (34:2) como también el nombre del área geográfica misma. Al hacer el
negocio de compra y venta, Jacob hacía una inversión en sus relaciones
personales y también protegía sus propios intereses.
2. Jacob hizo
una inversión espiritual (v. 20).
Allí levantó un altar y llamó su
nombre ElEloheiIsrael. Siguiendo el ejemplo de su abuelo Abraham (Gen_12:8), Jacob adoró a Dios en este lugar.
El nombre dado al altar es un
testimonio a la fuerza y capacidad de su Dios. Probablemente, Jacob tuvo dos
razones para no usar la palabra "Jehová ": Primero, sin duda sus
vecinos, y quizá algunos de los miembros de su grupo, no poseían un
conocimiento personal del Dios del pacto. Segundo, su propósito era exaltar el
poder de Aquel que lo había traído a esta nueva tierra.