Gén 34:1-31
5. CONFLICTOS
DE JACOB EN SIQUEM, 34:1-31
La llegada y la estadía en paz en
Siquem llega a su final y aparecen nuevos conflictos que ponen en peligro la
sobrevivencia de la descendencia de Jacob y su asentamiento en la tierra de
Canaán. El primer conflicto es de carácter moral y religioso con Dina, la hija
de Jacob. Este conflicto, sin embargo, da lugar a otro más grave que es el de
la posibilidad de asimilación con los cananeos del lugar, perdiéndose así la
identidad y el propósito patriarcal. Finalmente, surge el peligro de
aniquilación o necesidad de un nuevo “exilio” fuera de Canaán para sobrevivir.
(1) Siquem
viola a Dina, 34:1-4. Dina es la última hija de Lea. Jacob queda
establecido en Siquem por varios años, de tal manera que ahora sus hijos son
adultos y su hija ya está en edad matrimonial. Las relaciones con los de Siquem
son pacíficas y con deseos de socializar con las jóvenes, Dina va a la ciudad
de Siquem. Allí, Siquem, el hijo del rey de la ciudad, toma a Dina y la viola.
Pero el joven se siente ligado a Dina, se enamora de ella y pide al padre que
la procure como su esposa. Desde un punto de vista social, aquí hay un intento
de este hombre de enmendar el error cometido. No es el sentido de culpa moral o
religiosa, sino el enamoramiento que lo motiva a buscar matrimonio. Es
interesante notar que en otro incidente similar, en vez de amor, surge odio
hacia la violada (2Sa_13:12-15).
(2) Los de
Siquem proponen emparentar con Jacob,2Sa_34:5-24. Pero el
deseo de Siquem tiene obstáculos. Jacob comparte las malas noticias con sus
hijos, quienes consideran el acto de violación una afrenta familiar y
reaccionan con indignación y furia. La violación, lejos de ser un simple desliz
moral o social, es evaluada por los hijos de Israel con fuertes términos de
corrupción moral y religiosa: Amancillamiento o impureza ritual (vv. 5, 13,
27); vileza o violación de algo no permitido entre los de Israel (v. 7. Ver
también Deu_22:21; 2Sa_13:12); prostitución o perversión sexual (v.
31).
A propuesta de Siquem, Hamor
propone formalmente a Jacob una integración étnicapolítica a través de
matrimonios mixtos, convivencia pacífica y transacción comercial. Siquem mismo
ofrece una dote matrimonial cuantiosa como intento de persuasión.
Nuevamente surge el peligro de
asimilación y pérdida de identidad étnica y religiosa en la descendencia
patriarcal. Pero en esta situación Jacob permanece pasivo. Son sus hijos
quienes actúan con una intención bien determinada: vengarse de los de Siquem.
La condición que ponen los hijos
de Jacob es la circuncisión de todos los hombres de Siquem. Esta condición,
según explican ellos, está basada en una profunda convicción religiosa. Para
los israelitas, aun las relaciones de más intimidad entre los seres humanos
están bajo el control de Dios y deben realizarse en las condiciones impuestas
por Dios. La violación de estas normas es una ofensa contra Dios. Hamor y
Siquem aceptan esta condición sin sospechar que simplemente era un engaño. Para
convencer a los hombres de la ciudad de la circuncisión, Hamor y Siquem usan
toda su influencia y argumentos que evidencian ventajas políticas, sociales y
económicas en esta alianza. Con la integración vendrá una extensión poblacional
que ha de traer paz y cooperación entre estos dos grupos. Además una opción
matrimonial amplia y lo más importante, grandes ventajas económicas. Así, no
por convicción religiosa sino por las ventajas sociales y económicas a ganar,
los hombres de Siquem son circuncidados, y quedan totalmente vulnerables a
cualquier ataque.
¡Rompe el ciclo! El acto de violación sexual es siempre
horrible. Las consecuencias son dolorosas física y emocionalmente para los
participantes, tanto para el agresor como para la persona agredida. En el caso
de Siquem, el hijo de Hamor, y Dina, la hija de Jacob, los resultados tuvieron
consecuencias multifamiliares y finalmente condujeron al asesinato.
Los patrones de disfunción en la
conducta sexual, y los actos que ella produce se generan en ciclos. Por
experiencia hemos aprendido: "La violencia engendra más violencia."
Alguien tiene que romper el ciclo
de violencia y comenzar el proceso de perdón, de recuperación y de curación
dejando que Dios con su infinito amor sane totalmente las heridas que otros nos
han causado o que nosotros hemos provocado a alguien.
Dos ideas
importantes
1. Siquem aprendió muy tarde que,
a pesar de sus buenos deseos de enmendar su falta hacia Dina por medio del
matrimonio, las relaciones sexuales antes del matrimonio traen consecuencias
dolorosas a las familias de ambos.
2. Los hermanos de Dina no
buscaron a quien le debía una restitución por el daño hecho a su hermana,
específicamente de Siquem, sino que emprendieron un asesinato en masa. El
resultado fue que tuvieron que abandonar aquel lugar.
(3) Los hijos
de Jacob destruyen a Siquem,2Sa_34:25-31. Simeón y
Leví, dos de los hermanos completos de Dina, junto con sus hombres aprovechan
la vulnerabilidad de Siquem y atacan matando, destruyendo y confiscando los
bienes materiales. Esta acción refleja la práctica de redención o venganza como
responsabilidad del pariente más cercano (el redentor o go’el),
institución bien establecida en la vida social y religiosa de Israel (Rth_4:4). Pero también detrás de la venganza se
nota la codicia de obtener un botín de guerra. Una acción que en su inicio se
podría considerar como un acto de justicia, se vuelve un acto vandálico y de
vulgar robo. Esta desviación parece ser común en todos los seres humanos en
todos los lugares y tiempos. Tantos cambios de gobiernos pacíficos y violentos
en América Latina se hacen con el propósito de restaurar la justicia y el
bienestar para todos, pero terminan en despojos que sólo benefician a los que
gobiernan.
El peligro de asimilación
desaparece, pero surge otro más grave: El de ser aniquilado por los pobladores
locales quienes se sienten amenazados por Jacob y su familia. Jacob, quien no
tuvo parte en esta acción, protesta a sus hijos y presenta el nuevo problema
surgido. Y la solución a este peligro recae en él, quien con la riqueza de
recursos debe enfrentar esta nueva situación en fidelidad al pacto.