Mundo Hispano 2019-07-31
Gén 39:1-23
4. DIOS ESTá
CON JOSé EN CASA DE POTIFAR EL EGIPCIO, 39:1-18
El primer lugar, donde se
establece a José, se determina su carácter y se lo prepara para su papel
futuro. Lo destacado de la estadía de José en casa de Potifar es su fidelidad a
Dios y su diligencia como esclavo. Las circunstancias al principio favorecen a
José. Pero luego se torna en contra de él.
(1) Dios
prospera a José, 39:1-6a. Dos factores, el uno humano, el otro divino, se
unen para proveer a José el ambiente y las circunstancias necesarias para su
sobrevivencia y bienestar en Egipto. El primero, un alto funcionario del faraón
lo adquiere como esclavo y lo asigna a su propia casa reconociendo la capacidad
de José. Este hecho provee a José de casa y de oportunidades para desarrollar
sus actividades y nuevamente su condición de preeminencia. En esta nueva
circunstancia José pone de sí todo su empeño, diligencia y buena voluntad. Su
trabajo prospera y él cumple con sus responsabilidades de una manera excelente.
El otro factor es la presencia constante, visible y fructífera de Jehová con José. Este factor será la clave de todo
el desarrollo de la historia de José. Esta presencia de Jehová es, en primer lugar, fruto del propósito
divino de Dios para con José. El causante de los sueños no ha sido eliminado ni
su propósito anulado, pese a la circunstancia adversa causada por el pecado
humano. Pero también esa presencia es el resultado de la fidelidad de José a
Dios y a su compromiso indeclinable de mantener comunión con Dios y guardarse
para el propósito divino.
La presencia de Dios en José se
traduce en dos resultados concretos: Primero, Potifar reconoce la relación especial
de José con Dios. Obviamente esta relación, como la de Daniel (Dan_6:10) no es secreta, sino visible y abierta.
Segundo, la presencia de Dios en José causa bendición a Potifar. El éxito de la
prosperidad de Potifar es el resultado de la bendición de Dios. Aquí vemos dos
cosas: el cumplimiento de la promesa patriarcal de ser de bendición a todas las
familias. Además, la humildad de José, quien seguramente ante preguntas o
alabanzas por su trabajo, atribuye todo a Dios. La presencia de Jehová en José que le daba éxito en sus tareas y el
reconocimiento de ello por parte de Potifar, resultan finalmente en el
nombramiento de José como administrador de la casa y los recursos materiales
del egipcio. En la antigüedad asignaban responsabilidades importantes a los
esclavos que demostraban lealtad, conocimientos y habilidades especiales. Dos
áreas importantes quedaban fuera de la autoridad de José: Por razones rituales
y ceremoniales él no podía encargarse del alimento del capitán (Dan_43:32), y la esposa del egipcio, la que ha
de ser causa de tragedia a José.
Fidelidad
sexual como fidelidad a Dios 39:9
En nuestros tiempos,
especialmente fuera de la comunidad cristiana, es conocido que las relaciones
sexuales son solamente un asunto de consentimiento entre los participantes. La
conveniencia, el placer, y las relaciones sociales minimizan la gravedad del
asunto, pero qué diferente fue la actitud de José. El consideró que el
adulterio era un pecado mayúsculo en contra de Dios. Esta dimensión es tan
necesaria si esperamos salvaguardar la familia y a nuestra sociedad.
Cuando los
inocentes sufren... 39:20
La experiencia de José cuando fue
echado a la cárcel por las calumnias de la mujer de Potifar (39:20) nos enseña
que algunas veces una persona inocente es victima de los poderosos y tiene que
sufrir. Desafortunadamente esta historia se repite con mucha frecuencia hasta
el punto que los inocentes comienzan a preguntarse, ¿dónde está la justicia de
Dios? La Biblia nos recuerda que el Señor no deja pasar por alto estos actos de
opresión y que él tiene un propósito que está llevando a cabo. Al fin, los
justos serán vindicados y los opresores puestos en evidencia y desgracia.
(2) La mujer
de Potifar calumnia a José, 39:6b-18. Todo parece ir bien para José. Pero una nueva
tragedia se le presenta debido a su fidelidad a Dios y la lealtad a su amo. La
diligencia de José en su trabajo, su hermosura física y su presencia continua
en la casa despiertan deseos físicos en la esposa de Potifar, quien ordena a
José que tenga relaciones sexuales con ella. El lenguaje usado es directo y en
forma de orden. La diferencia de posición social, señora del amo y esclavo
doméstico, sería más que suficiente para que la orden fuera cumplida, aunque
dicha acción era penada con la muerte. Pero José rehúsa y confronta a la mujer
exponiendo dos razones por las que dicho acto está fuera de su posibilidad. La
primera tiene que ver con la lealtad a su amo y esposo de la mujer. Contestando
seguramente a argumentos usados por la mujer, José reconoce que Potifar le dio
un lugar de autoridad y confianza. Pero aclara que ella, por ser mujer del amo,
estaba fuera de su esfera de acción. La afirmación de José es: ¿Cómo, pues,
haría yo esta gran maldad? (v. 9). Desde el punto de vista social,
era inconcebible para José la propuesta de la mujer. Pero la segunda razón es
más determinante aún: Dicha acción sería pecado contra Dios. José reconoce que
la fidelidad a Dios se demuestra en una conducta de pureza y santidad. Estas
dos razones son muy importantes y complementarias: la razón social y la razón
teológica o religiosa. El apóstol Pablo une las dos razones en su exhortación a
los tesalonicenses (1Th_4:1-6).
Pero, no termina aquí el peligro.
La mujer insiste con su orden. La determinación se vuelve firme y sin
inhibiciones. Los argumentos de José no hacen efecto en ella, ya que estaba
acostumbrada a otro sistema de valores. La reacción de José es tan firme como
la determinación de la mujer: No le hacía caso para acostarse con ella (v.
10). Aquí se refleja la convicción de José que no estaba orientada por
circunstancias o ganancias ventajosas, sino por su fidelidad a Dios. La mujer
cambia de método e intenta una relación de compañía o amistad que pudiera ser
más aceptable para José. José interpreta este cambio como simplemente un medio
astuto de ganar su confianza para luego llegar a su deseo original. Tampoco
responde a este pedido, evitando todo contacto con la mujer.
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Ciertamente la presencia de Dios
hacía prosperar a José, pero es innegable la diligencia y responsabilidad que
José dio a sus tareas.
1. José, en lugar de lamentar su
situación de soledad y malos tratos, se dedicó a hacer bien lo que tenía a mano
para hacer. Y eso era lo que pasaba: Jehová lo hacía prosperar en su mano (v.
3).
2. José no abusó de la autoridad
y confianza que se le había entregado. Mantuvo muy claros sus privilegios y sus
responsabilidades (vv. 8, 9).
3. José comprendió que su buena
presencia y apariencia física no fueron la base de su reputación, sino su
honestidad, integridad y temor al Señor.
4. José trabajó con dedicación y
pronto fue reconocido por el encargado de los presos como un hombre digno de
confianza. José se dedicó a sus tareas laborales y a cuidar de sus compañeros
antes que a buscar posiciones por la vía fácil u oportunista.
5. José mantuvo su confianza en
Dios a pesar de las circunstancias. No claudicó de su fe ni negó sus
convicciones como hijo del pueblo de Dios.
Finalmente, el cumplimiento del
trabajo de José se vuelve la ocasión para su perjuicio. A pesar del riesgo,
José seguía cumpliendo sus responsabilidades y se encuentra a solas con la
mujer. No se aclara si el hecho de que ningún hombre estuviera en el lugar fue
una casualidad o algo previamente arreglado. La mujer intenta su deseo con más
osadía: A la orden verbal añade un intento físico de seducción. El manto era
una camisa larga, atada con cinto por la cintura y usada como prenda de entrecasa.
José reacciona con firmeza y prontitud haciendo dos cosas: Primero, deja su
manto en las manos de la mujer. Esta decisión vino seguramente después de
intentos de librarse de la mujer sin que ella le soltara. Más tarde, la mujer
usa este manto como evidencia para calumniar a José. Segundo, se escapa y se
aleja de ella. Ya no era momento de argumentar o dar razones. José interpreta
muy bien la gravedad de la situación y actúa acorde con ello. No había otra
salida sino la de escapar y alejarse de la mujer. Los consejos del sabio
Salomón (Psa_5:1-14) son claros en
insistir que la única manera de evitar este pecado es alejándose de la
seducción. El apóstol Pablo también aconseja con autoridad no caer en el pecado
de fornicación (1Co_6:12-20).
Joya bíblica Pero Jehová estaba con José; le extendió su
misericordia y le dio gracia ante los ojos del encargado de la cárcel (1Co_39:21).
La reacción de José humilla a la
mujer quien hasta ese momento estaba acostumbrada a conseguir todo lo que
deseara. Y desde ese momento decide vengarse de José planeando una calumnia de
intento de violación. El hecho de que José dejara su manto en las manos de ella
le provee de una supuesta evidencia. Además, para darle un toque de más
realismo, ella grita llamando la atención de los de su casa para respaldarse
más en su falsa información. Así, los de su casa se convierten en testigos
circunstanciales del supuesto hecho. Pero el golpe de gracia lo da cuando el
esposo regresa. Apenas llega el capitán, ella le transmite la mentira y le
muestra el manto de José como evidencia de sus palabras. Lo único de verdad que
dice es que la violación no se llevó a cabo. Pero según ella, no fue por la
negativa de José, sino porque ella gritó y los de la casa acudieron, causando
la huida de José. Nuevamente la vida de José corre enorme peligro, ya que
depende de la reacción del funcionario militar egipcio.
5. DIOS ESTá
CON JOSé EN LA CáRCEL DEL FARAóN, 39:19-40:23
Las circunstancias cambian
radicalmente para José. Su fidelidad a Dios, su lealtad a su amo y su
diligencia en el trabajo causan que se encuentre en una situación precaria. Es
encarcelado en una prisión de máxima seguridad y pendiente no de un juicio
justo, sino del capricho de personas con poder y autoridad de decisión sobre su
vida. Esta sección, por encima de las circunstancias humanas, testifica de la
presencia e intervención de Dios.
(1) Dios
prospera a José en la cárcel, 39:19-23. Una reacción más común de parte de Potifar
hubiera sido la muerte de José. Pero Dios, quien guía el curso de la historia
humana, aunque no libra a José, le preserva la vida. Llevan a José a la cárcel
donde estaban los presos que directamente ofendían al faraón y atentaban contra
el poder imperial (presos políticos). Posiblemente tan “digno” destino se debió
al deseo de venganza de Potifar, o a que la supuesta transgresión de José era
considerada un atentado contra las estructuras políticosociales.
Joya bíblica Preguntó a los funcionarios del faraón que
estaban con él bajo custodia en la casa de su señor diciendo: “¿Por qué
están tristes vuestras caras hoy?” (40:7).
Aquí vemos como la vida
consistente de José le otorgó el respeto y confianza de los otros prisioneros.
Uno puede verlo como cualquier otro prisionero, pero la calidad de su vida y su
actuación, pronto lo colocan como un personaje sobresaliente. La conducta de
José para con sus compañeros de prisión nos ilustra que José reconocía que su
situación era tan difícil como la de ellos; que él se sentía impotente para
resolver el problema; que a pesar de todo, estuvo dispuesto a dejar su
situación en las manos de Dios.
A juzgar por lo que acontece al
panadero, el estar vivo en esa cárcel no era garantía segura de sobrevivencia.
Cualquier día podía llegar sentencias de muerte. De ahí que la única garantía era
la presencia de Dios. Y una vez más, esa presencia se manifiesta en José. En
contraste con la injusticia humana, Dios concede a José misericordia. En
contraste con la situación de sobrevivencia precaria, Dios concede a José
gracia ante los ojos del director de la cárcel. Se ve que la presencia de Dios
actúa no sólo en José, su instrumento escogido, sino en el carcelero para que
éste no elimine a José, sino lo beneficie según las posibilidades. Es bueno
resaltar que la intervención de Dios no es directa. Es a través de las acciones
y decisiones de otras personas. Similar es el caso del centurión quien,
contrario a la ley romana, impide que maten a Pablo en el naufragio (Act_27:42-44). Es muy posible que el carcelero,
colega de Potifar, tuviera informaciones y referencias favorables sobre el
desempeño administrativo anterior de José. De cualquier manera, el carcelero
delega a José la dirección y servicio, primero de los presos, y luego de todo
el manejo de la cárcel. Y Dios prospera la responsabilidad, diligencia y
sabiduría administrativa de José. Y así, el escogido por Dios para un lugar de
preeminencia, surge una vez más por encima de las circunstancias adversas.
Cuando los
sueños nos quitan el sueño Los
sueños que tenemos mientras nuestro cuerpo descansa pueden ser usados por
nuestro "ser interior" para recordarnos que en la vida consciente
hemos actuado indebidamente. También se dice que los sueños pueden expresar
ciertos anhelos o deseos que llevamos muy dentro de nosotros. Otras veces pueden
ser vehículos que Dios utiliza para comunicar un mensaje especial a alguien.
Los consejeros nos dicen que el mejor intérprete de un sueño es la persona que
tuvo el sueño y por lo tanto debemos tomar el tiempo para analizar nuestros
sueños y su posible implicación.
1. Tanto el panadero como el
copero ofendieron a su señor, no se nos cuenta el motivo, pero ellos
sabían que su vida estaba en peligro. Tenían una muy buena razón para soñar.
2. José afirma que en última
instancia los sueños que tenemos también Dios los conoce y él sabe su perfecto
significado (v. 8).
3. José con mucha sensibilidad
humana y en igualdad de condiciones escucha el relato de ambos sueños y su
interpretación. Sin duda en este caso, más importante que el futuro del copero
o del panadero es la mano de Dios que providencialmente está guiando la historia
para el bien de José y de todos los habitantes de su época.
4. El cumplimiento o no de la
interpretación del sueño es la última manera de validar el significado del
sueño mismo o el mensaje que puede contener.