Mundo Hispano 2019-08-01
Gén 40:1-23
(2) Dios
concede a José interpretar sueños, 40:1-23. La cárcel, instrumento de
castigo injusto a José, se vuelve el medio en el cual José ha de surgir
definitivamente a un lugar de prominencia en los planes de Dios. Por el lugar
de confianza que ocupaba en la cárcel, José tiene acceso y contacto con todos
los otros presos. Entre ellos se encuentran también presos el copero y el
panadero del faraón. El copero era un cargo de mucha importancia. Era la
persona confidente del rey y el responsable de la seguridad de la vida del rey.
Uno de los medios de eliminación más usado era el envenenamiento de la bebida o
comida del rey. El copero, y en este caso el jefe de los coperos, era el
encargado de asegurar que la comida era apropiada. Y generalmente el método que
usaban era el de probar primero antes que el rey. Nehemías llega a ocupar dicho
cargo ante el rey Artajerjes (Neh_1:11).
El panadero también era una profesión muy importante por ser el pan artículo de
primera necesidad. En un atentado contra el faraón, el acuerdo de ambos
funcionarios sería más que suficiente para el éxito de la conspiración.
Estos presos estaban pendientes
de sentencias que darían destino a sus vidas. Ambos sabían que en el cumpleaños
del faraón que se acercaba, se podía determinar las sentencias. Seguramente
ello causó preocupación en ellos y Dios permite que ambos tengan un sueño que
ellos sabían se relacionaba con sus vidas. Los sueños y su interpretación eran
muy importantes en la cultura antigua. Eran considerados un vehículo de
orientación presente y anticipación futura. José, atento al ánimo de ellos les
nota preocupados y así se entera de sus sueños y la ansiedad al no tener
intérprete. José se ofrece, aclarando primero que las interpretaciones son de
Dios y no de ningún ser humano. Como los presos sabían de la relación especial
de José con Dios, cuentan sus sueños a José.
El primero en relatar su sueño
fue el copero. José interpreta el sueño al copero, anunciándole libertad y
restauración en su cargo. Y como garantía del cumplimiento, José ruega al
copero que interceda por él ante faraón. José afirma dos cosas en cuanto a su
condición. Primero, que él fue secuestrado de su tierra. Aquí él aclara que no
es un esclavo. La razón de su situación actual se debe a una violación del
derecho más básico del hombre: su dignidad humana. El fue robado (vendido) como
un objeto comercial. El tiene familia, una identidad étnica y un lugar
establecido al que pertenece. Muchos piensan que el término hebreo en
ese entonces era usado para identificar a personas de vida marginada o
despreciada. Si así fuera, José no se avergüenza de ello, sino afirma su
identificación. Segundo, él se declara inocente de la ofensa por la que se le
acusa. Pero, la palabra de un hebreo y esclavo no podría nunca tener valor
frente a las estructuras imperantes. Nadie oye el clamor del marginado o del
oprimido. Por ello José, en vez de reclamar justicia, pide que el copero actúe
con misericordia para con él. Sólo un acto de misericordia, de solidaridad
básica entre seres humanos, daría posibilidad a la liberación de José.
Olvidado, pero
no resentido Después que el copero salió de
la cárcel, José debe haber sentido algo de tristeza por haber sido olvidado por
aquel a que le debía un gran favor. Sin embargo, José, no jugó el papel de
víctima. No envenenó su vida con las lamentaciones y el resentimiento. No se
echó para atrás, por el contrario, reorientó su fe hacia Dios y continuó
confiando en que a su debido tiempo Dios lo sacaría de esa situación. Es fácil
perder el placer de servir cuando pensamos en la posible falta de gratitud o de
memoria de muchas personas, pero el motivo debe ser mucho más alto y sublime:
ser útiles mientras proclamamos la grandeza de Dios.
El panadero, esperando también
una interpretación favorable, relata su sueño. Pero Dios revela que será
ahorcado al tercer día. José sin engaños o falsas promesas de esperanzas
declara este inminente final trágico. Aquí se nota la consistencia de José en
su reconocimiento que Dios es quien está en control de la vida de todos los
seres humanos. El mensajero no puede cambiar la realidad.
Ambas interpretaciones que
declaran el futuro inmediato, dadas por quien no tiene voz de autoridad en las
estructuras sociopolíticas del presente, se cumplen con toda exactitud. Y sería
lo mínimo de esperar que el copero retribuyera a José intercediendo por él ante
faraón. Pero, las posiciones y cargos políticos son sólo sinónimos de avances
personales y de promoción individualista. Es ajeno al sistema el actuar con
misericordia y mostrar solidaridad humana. Estas no son herramientas de
progreso y recompensa en el sistema. Una vez más, el factor humano falla. El
copero se reintegra a las estructuras y olvida a José en la cárcel.
6. DIOS
CONCEDE A JOSé LIBRAR A EGIPTO DEL HAMBRE,Neh_41:1-57
En esta sección se relata la
misericordia de Dios para con José, Egipto y los pueblos cercanos. Resalta
asimismo la fidelidad de Dios en guiar todas las circunstancias para el
cumplimiento de su propósito de salvación. José es el instrumento de
información del plan futuro de Dios y de previsión para la sobrevivencia. La
abundancia de Egipto beneficia primeramente a la población egipcia pero también
a la población de las regiones de alrededor donde el hambre se había extendido.
La prominencia de Egipto en esta crisis y el papel directivo de José son
preparativos indispensables para la sobrevivencia de la familia y descendencia
de Jacob.