Mundo Hispano 2019-08-05
Gén 43:1-34
8. JOSé SE DA
A CONOCER A SUS HERMANOS, 43:1-45:14
Esta sección contiene algunos de
los pasajes más significativos y tiernos del libro de Génesis. La forma
literaria que nos presenta estos episodios es una excelente narrativa. Los
diálogos que se desarrollan, los detalles que se mencionan, el orden de los
acontecimientos narrados enriquecen pronunciadamente la revelación bíblica. Las
explosiones emotivas toman sus cursos libremente y las rememoraciones fluyen
con facilidad. Todo apunta hacia un propósito final que promete resolver todos
los misterios y conflictos pasados, presentes y futuros.
En el momento preciso, cuando
todas las circunstancias y condiciones requeridas por José de sus hermanos se
cumplen, él se da a conocer. Hasta ahora, nadie sino José sabía esos requisitos
y ese momento. Obviamente resalta el cambio de actitud de los hermanos,
expresado representativamente por Judá, en cuanto a Jacob y Benjamín. Otros
reconocimientos como el sentimiento de solidaridad fraternal, el
pronunciamiento de culpabilidad ante Dios y la humildad ante José contribuyeron
para un desenlace feliz.
(1) Los
hermanos con Benjamín vuelven a Egipto, 43:1-34. La decisión
de Jacob de dejar ir a Benjamín no fue fácil. Aparentemente tardaron todo lo
que pudieron sin tener que ir en busca de alimentos. Pero al final, los
alimentos se acabaron y fue necesario otro viaje. Jacob mismo toma la
iniciativa en pedir a sus hijos que vuelvan a Egipto, pero sin Benjamín. Judá
le recuerda que no pueden ir así. Ante la protesta de Jacob, los hermanos
explican que ningún dato familiar pudieron esconder del hombre de Egipto ya que
éste preguntaba con mucha insistencia y precisión justamente acerca del padre y
del hermano menor. Finalmente, Judá pide que Benjamín vaya con ellos
comprometiéndose él mismo de fiador. Además de la garantía que su vida
significa, Judá apela a dos argumentos principales para convencer al padre.
Primero, le dice que la vida de los demás, especialmente la del mismo Jacob y
la de los niños, están en peligro de extinción por la falta de alimento. Aquí
Jacob debe sopesar el valor dado a la vida de Benjamín en oposición a la vida
de los demás. Hasta ahora, lo único de valor para él fue la seguridad de vida
de Benjamín. Segundo, le indica que se ha dejado pasar mucho tiempo y ya se
perdieron dos oportunidades de provisiones por causa de la intransigencia
paterna.
Finalmente Jacob decide enviar a
Benjamín, pero tomando todas las precauciones y dando todas las orientaciones
necesarias. Primero aconseja que le lleven como presente los mejores productos
de Canaán, mostrando así buena voluntad. Esto indica que aparentemente los
árboles y algunos vegetales todavía producían algo. En su encuentro con Esaú,
Jacob apaciguó la ira de su hermano enviando una serie de presentes. Sin
saberlo, estos presentes serían también para “apaciguar la ira de otro hermano
ofendido”. Los productos nativos habrán tenido un impacto muy favorable en
José, quien aparentemente hasta entonces no se había preocupado de su familia
ni de su tierra. Segundo, les ordena que lleven el doble del dinero necesario
para adquirir los granos. Tercero, les señala que ellos mismos deben devolver
el dinero que encontraron en sus costales y que debía pertenecer al gobernador.
Esto probaría honestidad y buena intención. Cuarto, y tal vez lo más resaltante
de sus acciones, les encomienda al Dios Todopoderoso (El Shadai). En la
fe en el Dios quien se le apareció por primera vez en Betel y quien estuvo con
él en todas sus experiencias, él puede desprenderse de Benjamín. Jacob pide a
Dios misericordia para sus hijos y liberación para Simeón y Benjamín.
Finalmente, Jacob afirma su resignación de aceptar si fuera necesario la
privación de sus hijos, mayormente refiriéndose a Simeón y Benjamín.
Con todos estos elementos y con
Benjamín, los hijos de Jacob vuelven a Egipto y se presentan ante José. Por
indicaciones de éste, los hermanos se encontrarán ante varias situaciones que
les causan sorpresa, temor y expectativa. Primero, son llevados a la casa del
gobernador. La reacción inmediata fue de temor, ya que se interpreta esta
acción como un encarcelamiento masivo. Queriendo solucionar la causa supuesta
de dicho castigo, ellos ofrecen devolver todo el dinero del pago anterior. Pero
al intentarlo se encuentran con la segunda situación sorprendente. El mayordomo
les informa que él había recibido el pago anterior. Además les dice que si
ellos encontraron dinero en sus costales, debió haber sido obra del Dios de
ellos. Lejos de aliviarles, esta información reafirma en ellos el temor de que
Dios está causando ocasión para que ellos reciban el pago por la culpabilidad
de sangre que tienen. Tercero, Simeón es liberado y todos ellos son provistos
de todo lo necesario para estar preparados de ver al gobernador y comer con él
al mediodía. Este fue un trato digno de los mejores huéspedes y los hermanos se
disponen a hacer lo mejor que pueden.
En el encuentro inicial con José
hay reacciones paralelas pero diferentes por ambas partes. En los hermanos dos
acciones sobresalen: Primera, le entregan personalmente el presente que habían
traído. Este era una arma importante en ganar la simpatía o el favor del
gobernador. Segunda, se resalta los actos de sumisión y homenaje que brindan a
José. En estos actos, ellos reconocen la posición que José ocupa y la que le
toca a ellos. Esta misma actitud demostró Jacob en su encuentro ante Esaú. En
las reacciones de José también sobresalen su interés íntimo en la familia. Su
pregunta en cuanto al padre de ellos y la bendición que pronuncia sobre
Benjamín una vez que éste es propiamente identificado por los diez. La otra
reacción es la profunda emoción que siente que le obliga a buscar un lugar
privado para descargarse. En verdad José, pese a su posición y dura experiencia
en la vida política, no perdió su ternura ni su amor hacia su familia. La
fortaleza de su personalidad le permitía seguir soportando esta relación de no
identificarse con sus hermanos. Esto refuerza la idea de que él estaba
siguiendo un plan específico para revelarse a los suyos.
La última situación sorprendente
fue el arreglo y la distribución de acuerdo al rango de nacimiento o jerárquico
de todos los hermanos en la mesa. Ninguno de ellos se podía explicar cómo el
gobernador u otro allí sabía exactamente el orden de nacimiento de ellos.
Contrario a la costumbre del sistema patriarcal, a Benjamín le sirvieron la
“porción doble” que normalmente le debía tocar al primogénito. Las costumbres
rituales de egipcios y hebreos se mantienen estrictamente. Pero, finalmente,
todos se relajan y comparten animadamente la comida.