Plenitud . 2019-07-28
Salmos capítulo 150
150 . 1 - 6 Todo este
salmo sirve de doxología, no sólo al «Libro quinto» sino a toda la colección.
150 . 1 - 6 Un
poderoso llamado a la alabanza, LA SENDA DE LA ALABANZA. Los Salmos concluyen
con una poderosa apelación a alabar al Señor. Unos salmos constituyen gritos de
desesperación, otros están llenos de agradecimiento y algunos contienen
instrucciones, basadas en la teología o en la historia, de «alabar a Jehová»
por su ser, santidad, poder o benignidad. Pero el clímax se alcanza con un
mandato a alabarlo. Debemos alabar a Dios 1) en su santuario, es decir,
en su templo terrenal y a través del universo que él ha creado; 2) por sus
poderosas obras y de acuerdo con su excelente grandeza. Luego sigue
una relación de instrumentos y formas de alabar. Esta lista no es exhaustiva,
pero demuestra cuán creativa debe ser nuestra alabanza. Finalmente, en caso de
que una persona se sienta poco inclinada a alabarle, la instrucción es clara:
si tienes el don divino de la vida, debes alabarle. ¡Aleluya!(Psa_145:4/Isa_61:3)
C.G.
150 . 1 Este
versículo nos instruye sobre dónde alabar a Dios: dentro y fuera del santuario.
150 . 2 Este
versículo nos dice por qué debemos adorar a Dios: a causa a sus prodigios y grandeza
.
150 . 3 - 5 Los vv. 3-5
nos dicen cómo debemos adorar a Dios: con una variedad de instrumentos
musicales.
150 . 6 En este
versículo se nos informa quién debe adorar: todo lo que respira . Termina
entonces reafirmando quién es el objeto de adoración: el Señor. Según el
comentario final, toda criatura viviente debe alabar al Señor. ¡Aleluya!
150 . 6
respira, neshamah Strong #5397:
Aliento, aliento de vida, una persona que respira, un alma viviente. Esta
palabra aparece por vez primera en Gen_2:7,
donde Dios infundió en las narices del ser humano el nishmat chayim «el aliento de vida» y este se convirtió en
un ser viviente. Nos referimos al tierno relato de cómo el ser humano respiró
por primera vez, ayudado completamente por el Creador, quien compartió con él
su propio aliento. Dios literalmente enseñó al ser humano cómo respirar. Aquí
el salmista aconseja a todo lo que tiene neshamah (aliento) que alabe a
Dios.